El rey emérito sale a navegar con su hermana Margarita y sus sobrinos

La infanta llegaba a última hora del miércoles a la casa de Pedro Campos, donde se aloja el soberano emérito cada vez que viene a Sanxenxo. Un encuentro muy especial ya que no coincidían desde mayo del año pasado cuando el rey visitó el palacio de la Zarzuela. Ya este jueves ha tenido lugar la estampa más entrañable cuando el rey se hacía a la mar junto a su hermana y los hijos de esta, Alfonso y María Zurita que iba con el pequeño Carlos.

Tanto el rey Juan Carlos como Alfonso han estado en todo momento muy pendientes de la infanta Margarita. De hecho, el soberano no ha soltado a su hermana de la mano en ningún momento. Pasadas las 11.30 de la mañana, Juan Carlos I llegaba al pantalán náutico de Sanxenxo y se dirigía a la embarcación auxiliar Cristina en lugar de embarcar en el Bribón. Ha sido en esa lancha en la que la familia ha hecho la travesía.

A su vuelta del mar, toda la familia ha compartido un almuerzo en el Club Náutico. «Esta mañana he sacado a mi hermana a navegar, que ha venido a verme», ha contado el monarca con una amplia sonrisa a los periodistas que le esperaban a su regreso a tierra. Unos reporteros que también le preguntaban por la posibilidad de verse con su hijo, Felipe VI, de visita institucional en Galicia, concretamente en O Grove, a apenas 15 kilómetros de Sanxenxo, a lo que respondía con un «seguramente».

Como estaba previsto, este viernes comenzará la competición. Además, también habrá una cena a las 20.45 para regatistas, socios y tripulantes en la que se espera la presencia del rey emérito. El regreso de Juan Carlos I a Abu Dabi será a principios de la semana que viene. En esta ocasión ya se sabe cuándo volverá a España. Esta vez será a Madrid, con motivo del 18 cumpleaños de la princesa de Asturias, Leonor, el próximo 31 octubre. Asistirá a la fiesta privada en el palacio de El Pardo después de que la heredera haga el juramento de la Constitución en la Cortes.

Las visitas del monarca emérito están siendo cada vez más frecuentes y parece que el objetivo del padre de Felipe VI es que se normalicen y sigan siendo cada vez más habituales.