La reina Letizia cumple 50 años

Llamó la atención a su llegada el modelo elegido por la soberana, de blanco impoluto, ya que se trataba de la misma blusa que su hija, la Princesa Leonor, utilizó el pasado mes de abril para acudir a la Jornada sobre Juventud y Ciberseguridad: Disfruta de Internet con Seguridad, en Leganés. La joven combinaba la blusa de mangas abullonadas y bordada de flores, con unos vaqueros rosas y unas zapatillas blancas. Letizia, más formal, la ha conjuntado con un pantalón de vestir también blancos con botones laterales.

No es la primera vez que esto sucede. Si hace unos años era la primogénita de los reyes quien buscaba en el armario de su madre inspiración, ahora es a la Reina quien da un toque juvenil a sus estilismos con prendas de su hija. Desde que se hiciera oficial su romance con el entonces Príncipe Felipe con la pedida de mano en octubre de 2003, el estilo de Letizia y su imagen han sido escrutados al milímetro. Cada prenda que elige y cada detalle de sus complementos es estudiado e interpretado. La periodista y amiga personal de la Reina, Sonsoles Ónega ha defendido su figura más allá de las cuestiones estéticas: «Habría que escuchar más lo que dice», aseguró en una intervención televisiva. «No ha cometidos errores y su compromiso con las causas en las que cree es evidente. Quizás habría que escuchar más lo que dice para saber lo que piensa», explicó.

Y es que, si algo se ha subrayado sobre su personalidad durante los casi 19 años que han pasado desde su compromiso es su espíritu perfeccionista y su capacidad de trabajo. De hecho, era en julio de este año cuando la monarca cogía su primera baja médica por enfermedad después de dar positivo en covid.

Dos matrimonios, el primero por lo civil, con su profesor de Literatura, que apenas duró un año, dos hijas y un reino es, muy grosso modo, un resumen de sus primeras décadas de vida en las que también ha tenido grandes pérdidas, como la de su abuela Menchu, reconocida locutora de radio asturiana que falleció en julio del año pasado. Aunque quizás la más dura, por inesperada, fue la de su hermana Érika, que se suicidaba a los 31 años, en 2007. La condena a su cuñado Iñaki Urdangarín, las tensiones con la madre de su marido, la Reina Sofía, o la salida de Juan Carlos I del país, son otros de los sinsabores que ha afrontado al lado de su marido desde que forma parte de la Familia Real. En la otra cara de la moneda, momentos históricos como la victoria de España en el Mundial de Sudáfrica, su colaboración con la Agencia Española para el Desarrollo o su papel en la reciente cumbre de la OTAN.