S. Rodríguez
Madrid
Sábado, 19 de septiembre 2020, 00:09
Érase una vez una duquesa de cabellos rojizos que un buen día, en pleno confinamiento, rescató del olvido un baúl lleno de juguetes y peluches con los que sus hijas, hoy princesas ya adultas y desposadas, fantaseaban en la niñez. La aristócrata, conocida por ... su espontaneidad, a la que poco importaba lo que pensaran los demás, incluida su suegra, la Reina, comenzó, con la ayuda de estos seres inanimados, a contar cuentos, a grabarse con su móvil y a subir el resultado a su canal de Youtube.
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«Esto es muy emocionante. Estoy pensando en todos los niños que solo necesitan un poco de magia, así que cada día me veréis en la serie Fergie y amigos. No tenéis de qué preocuparos, no son libros muy largos. Y si lo fuesen… ¡Vamos a poner un poco de magia!». Así se presentó al mundo Sarah Ferguson, duquesa de York -mantiene título y marido, ya que nunca llegó a separarse de Andrés de Inglaterra-, a mediados de abril desde una estancia del palacio de Windsor donde pasó la cuarentena. Ese día apareció coronada con flores, emulando quizás el momento en que entró por la puerta grande en la realeza británica, en julio de 1986. Entonces, para sorpresa de propios y extraños, ocultó bajo rosas amarillas y gardenías perfumadas la tiara York con la que deslumbró tras el «sí» en la abadía de Westminster de Londres.
Sarah Margaret Ferguson siempre ha sido una mujer peculiar, con un sentido del humor a prueba de bombas -y no han sido pocas las que le han caído desde que dejó de ser una persona anónima- y una imaginación desbordante. Hasta el punto de que, dejando a un lado la asignación que mensualmente le pasa el duque de York, ha hecho de las historias que surgen en su cabeza su modo de vida. Su oficio conocido es escritora de cuentos.
Lleva publicados ya veinticinco libros y acaba de firmar un contrato con la editorial australiana Serenity Press para el lanzamiento de otros siete. Se estrenó en la escritura con 'Budgie', en 1991. 'Budgie' es un pequeño helicóptero -animado, por supuesto- que va de héroe por la vida. Protagonizó cuatro libros y saltó del papel a la pequeña pantalla casi de inmediato. No es difícil adivinar en quién o qué se inspiró la duquesa de York para dar con el personaje. Andrés de Inglaterra, hoy apartado de cualquier actividad de Palacio por su amistad con Jeffrey Epstein y su participación en fiestas de muy dudosa reputación, fue hasta principios de los noventa un reconocido piloto de helicópteros. De hecho, abandonó en esa década la carrera militar después de treinta años de actividad.
Tras 'Budgie' llegó 'Little red', 'Ballerina Rosie', 'Ashley'... «Como todos saben, realmente no me gustan los adultos. Prefiero a los niños. Después de todo, soy una escritora de libros infantiles, soy una mamá y estoy muy orgullosa de ello», dijo en una presentación en Nueva York en 2010.
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Sarah Ferguson no es, sin embargo, la única 'royal' que invierte o mata el tiempo ante un cuaderno en blanco para dar vida a personajes de ficción. Laurentien de Holanda, esposa del príncipe Constantino, segundo hijo de la princesa -antes reina- Beatriz, se inició en los cuentos en 2007. Licenciada en Ciencias Políticas y máster en Periodismo, ese año vio en el informativo una noticia que le impactó: Rusia había colocado su bandera a 4.000 metros de profundidad en el Polo Norte. A partir de ahí, creó al señor Finney, que no ha dejado de proporcionarle alegrías. El buen hombre, un día cualquiera, tras la aparición de un hada llamada Pimienta, decide viajar más allá de los límites de su jardín para descubrir un mundo lleno de hermosos mares, glaciares, montañas e islas. Sus libros, que también se convirtieron en serie, fueron un éxito en Holanda, también llegaron a España y recibió el reconocimiento internacional dado que el libro se repartió en 2010 en la cumbre de la ONU sobre Cambio Climático de Copenhague. Además, el protagonista, el señor Finney, fue la mascota de una expedición al Polo Norte. Aparte de escribir, a Laurentien le gusta leer cuentos. «No sólo es divertido , también es útil: los niños que leen 15 minutos al día saben más palabras que los que no lo hacen», dijo en una reciente entrevista hace tres años.
Marta Luisa de Noruega también forma parte del club de escritoras con tiara. En 2004, cuando se mudó a Nueva York, escribió 'Por qué los reyes y las reinas no llevan corona', una historia sobre la primera familia real noruega. Su obra pasó sin pena ni gloria, como la de la reina Rania de Jordania, que se inspiró en una escena de su niñez, un intercambio de bocadillos, para crear la historia de amistad entre una niña musulmana y otra occidental. Magdalena de Suecia, que le escribió un cuento a su hija Estela; la princesa Marie-Chantal de Grecia, con su libro de buenos modales para los pequeños de la casa, y Beatrice Borromeo son las últimas princesas en estampar su firma en la portada de un libro. La esposa de Pierre de Mónaco se basa en un hecho real: la travesía que hicieron su marido y la activista Greta Thunberg desde Reino Unido a EE UU a bordo de un velero para asistir a la cumbre climática de Nueva York. Y es que sus vidas dan para guión de telenovela, novelas o cuentos.
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