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mikel ayestaran
Corresponsal. Jerusalén
Sábado, 7 de noviembre 2020, 00:31
Un año después de anunciar que había logrado superar un cáncer de mama, Asmaa Al Assad se ha vuelto a convertir en un rostro habitual de los medios oficiales sirios debido a su apretada agenda social. En las últimas semanas se ha visto a la ... primera dama en las ciudades costeras de Tartús y Latakia con los afectados por los incendios forestales que han asolado sus montes y acompañando a su esposo, el presidente Bashar Al Assad, en una feria celebrada en Damasco en la que se mostraban productos de empresas de Alepo que sufrieron daños durante la guerra y han vuelto a recuperar la actividad.
Asma, de 44 años y madre de tres hijos, conserva su carisma a nivel interno y tiene un papel muy activo en organizaciones humanitarias, pero la guerra ha dado un giro radical a su imagen en el exterior. Hasta marzo de 2011, la primera dama, exejecutiva de banca nacida en el Reino Unido, aparecía en portadas de revista como 'Vogue', donde le apodaron como «la rosa del desierto» y la describieron como «la más refrescante y magnética de entre todas las primeras damas».
Junto a Bashar, ofrecían una apariencia occidental y reformista que cautivó a la opinión pública y, en especial, a las revistas del corazón. Viajaban a París, Londres, Madrid y sus fotografías eran portada de revistas del corazón, donde le comparaban con Rania de Jordania. Todo acabó con el estallido de una guerra que nueve años después deja cientos de miles de muertos, millones de desplazados y un país destrozado.
Durante los años más duros de la contienda Asma apareció en contadas ocasiones en los medios, pero cuando lo hacía aprovechaba también para mostrar su firme apoyo a su esposo porque «el presidente es presidente de Siria, no de una parte de Siria, y yo como primera dama le apoyo en ese papel». En agosto de 2018 la presidencia siria informó de su enfermedad y del comienzo del tratamiento en un hospital militar de Damasco y su agenda pública se volcó en actos de apoyo a enfermos de cáncer.
En junio, superado del todo el tumor, su nombre volvió a los medios internacionales por otros motivos. Estados Unidos extendió la estrategia de «presión máxima» que aplica contra Irán a Siria y aprobó la denominada 'Ley César'. Washington lo presentó como un nuevo paso para «aislar» a Al Assad y su círculo más próximo «por los graves abusos contra los derechos humanos en Siria».
La lista negra la encabezaba el presidente, e incluía también a su esposa, Asma, «una de las mayores beneficiadas de la guerra». Poco después, los Assad posaron con varios militares en una montaña próxima a Damasco. Fue la primera vez que la primera dama aparecía dentro de un contexto bélico junto a su esposo, mostrando una vez más la fuerte unidad entre ellos.
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