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el norte
Viernes, 22 de junio 2018, 13:30
La salud de Iñaki Urdangarín comenzó a resentirse desde que salió a la luz el Caso Nóos, convirtiéndose en una de las personas más odiadas del país. Su imputación, su declaración y la sentencia han servido para hundir más a este hombre que lo tuvo ... todo y que ha perdido casi todo.
Él y su esposa, la Infanta Cristina, han tenido que recibir ayuda psicológica, aunque quien se ha llevado la peor parte ha sido el ex jugador de balonmano. La hija del rey emérito Juan Carlos al menos está libre y no tiene cuentas pendientes con la Justicia y puede seguir en su casa, con sus hijos y con su trabajo. Pero la situación de su marido preocupa. Según ha publicado 'Periodista Digital', el psiquiatra de Instituciones Penitenciarias ha certificado que su estado psicológico puede ir a peor.
Estar en la más absoluta soledad puede hundirle más, aunque, por otro lado, también tiene miedo de estar con desconocidos. Tiene fobia a la gente, aunque parecía una persona abierta, pero el aislamiento que ha vivido en los últimos años y los insultos que ha tenido que soportar no le han ayudado.
La vigilancia a Urdangarín será estrecha. Aunque está solo, puede tener contacto con el equipo de salud mental de la cárcel y con el jesuita que va cada domingo a la cárcel y que está disponible entre semana por si alguien le necesita.
Ante su situación, Instituciones Penitenciarias podría valorar que esté con gente y trasladarlo a la cárcel de Zaballa, en Álava, que, según 'Informalia', habría sido solicitada por los Urdangarín, según recoge 'Bekia'.
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