Olivia Palermo, la elegancia pasea con pañuelo-mascarilla

Primero escoge el pañuelo que complete su estilismo y que sea lo suficientemente ancho para atar. Recomienda optar por uno en formato cuadrado, de aproximadamente 60 centímetros. No importa cuál, mientras «cubra tu boca y nariz para protegerse a uno mismo y a los demás», escribía. Luego procede a doblarlo en diagonal para conseguir un triángulo perfecto. Es entonces cuando se pone la mascarilla protocolaria y coloca el pañuelo de manera que el pico del triángulo quede por debajo del rostro. Anuda los extremos laterales por detrás de la cabeza e integra las gafas de sol para reforzar la sujeción de su máscara personalizada. De hecho, no opta por diseños al azar; habitualmente, se trata de modelos de la firma sueca Lescarf, cuyos precios no bajan de 90-100 euros, combinándolos con piezas 'vintage'. Su ejemplo se ha globalizado. Hasta la firma española Salvador Bachiller ha trasladado su fórmula a una colección con diferentes estampados, aunque a precios 'low-cost'.

Hace más de diez años que la norteamericana, con curioso primer apellido Toledo como invisible, se convirtió en todo un referente del universo 'fashion'. Tanto, que se sabe observada en cada una de sus incursiones por las calles de Nueva York con la mejor compañía de su perrito, 'Mr. Butler', un adorable bichón maltés. Y es que algo tan cotidiano como pasear a su mascota bien sirve de pasarela improvisada y foco de tendencias.

Este verano ha seguido impartiendo lecciones de moda combinando 'outfits' de lujo con otros más asequibles: vestidos ligeros con estampados de flores, faldas vaporosas o con volantes y tops con mangas abullonadas y nido de abeja son solo algunos de sus básicos para ir a la última estas vacaciones. Hasta tiene el típico chubasquero de recurso para las tormentas, y lo luce como una musa indiscutible.

Sin caer nunca en el exceso, siempre con prendas en tonos neutros y con patrones bien estructurados. En cuanto al calzado, es bastante fiel a los mules con detalles como maxi lazadas o borlas, aunque lo mismo opta por unas botas más sport y brilli-brilli. En redes ejerce de musa de su propia firma, sin perder la oportunidad de hacer caja de otras con su particular filtro. Los accesorios son su apuesta para marcar la diferencia, incluso como aliados perfectos para poner la nota de color que haga destacar un estilismo. Apenas hay testimonio gráfico donde no aparezca sin las maxigafas que ella misma ha diseñado y que combina con todo.

El armario de Olivia Palermo no puede ser más viral, mientras que de su vida privada apenas se conocen detalles. Hace unas semanas, publicó en redes una imagen inédita de su boda con el fotógrafo y modelo alemán Johannes Huebl. Hasta aprovechaba para aconsejar a las fans casaderas para vivir su enlace entre flores y vistiendo las mesas para el recuerdo. Precisamente otro 'sí, quiero' motivó sus vacaciones en Mallorca el pasado año. París y las icónicas citas con la industria de la moda también se quedaron como recuerdos para la 'it-girl'. De momento, sus idas y venidas por el mundo tendrán que esperar, pero Nueva York nunca falla como perfecta localización de su estilo.