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Lorenzo Caprile RC
El maestro de la costura políticamente incorrecto

El maestro de la costura políticamente incorrecto

puntadas con hilo ·

Lorenzo Caprile sigue hilvanando sueños con los trapos que pasan por sus mediáticas manos

Domingo, 28 de marzo 2021, 00:19

Si no hubiese sido por la cuarta temporada de 'Maestros de la Costura', «el año habría sido una mierda» para Lorenzo Caprile (Madrid, 1967). El modista 'con a', como le gusta que le llamen, se muestra muy feliz por las diez semanas de grabación del ... programa de televisión de La 1 de TVE, que llega a su final mañana, lunes, a las 22:00 horas. «Lo he pasado fenomenal, he podido viajar y encima me han pagado», asegura con entusiasmo en declaraciones a este periódico. Para sus compañeros de programa -Raquel Sánchez Silva, María Escoté y Alejandro Gómez Palomo- solo tiene buenas palabras. Con ellos ha logrado cumplir la regla de oro que le enseñó hace muchísimos años Julia Otero -a la que desea todo lo mejor-, «tener cariño, respeto y complicidad para que el espectador disfrute».

Es consciente de su rol de hueso duro de roer en el concurso, pero afirma que lo que ocurre es que es el más viejo. «Empecé de becario en el sector con doce o trece años. Me sé todos los trucos. Fui cocinero antes que fraile. Los aprendices no me van a impresionar porque se vea una teta con uno de sus diseños porque he visto mucha moda». Eso sí, hay un punto en el que es tajante. «Solo soy inflexible en la técnica». Tampoco le preocupa la fama de antipático. Ya lo decía su abuelo: «Ten cuidado con las personas que gustan a todo el mundo».

Lo suyo siempre ha sido impactar, no tratar de gustar. Licenciado en Lengua y Literatura por la Universidad de Florencia, se consagró como modista con el traje de novia que realizó, en 1993, para su amiga Carla Royo-Villanova. Dignos de recordar también fueron los dos 'Capriles' que lució doña Letizia, entonces prometida del Príncipe de Asturias, en la boda de Federico de Dinamarca con Mary Donaldson, en el que fue su debut ante la realeza europea. A su cuñada Elena le hizo trajes que perduran en la retina como el goyesco que se enfundó en el enlace de Victoria de Suecia, mientras que a la infanta Cristina la vistió para dar el sí, quiero a Iñaki Urdangarin. El diseño que hizo, como el mismo confesó, que perdiese «la olla», copó revistas internacionales, como ha ocurrido con uno de sus últimos diseños nupciales, el vestido globo gigante de Carlota de Vega. O lo amas o lo odias. «Lo que importa es que es lo que ella quería». Una boda en la pandemia que tanto ha frenado el incesante goteo de clientas en su taller. «Va a saltos. Hay semanas de frenesí y otras que no suena el teléfono y me dedico a ordenar estanterías. He aprendido a vivir al día».

«Madrid es una burbuja»

En lo que a su vida personal se refiere, «ya no te acuestas los fines de semana a las 3 de la madrugada, por suerte, pero puedes ir al teatro o a cenar» porque «Madrid es una burbuja. Doña Isabel -Díaz Ayuso- habrá cometido errores pero ha logrado un equilibrio difícil de conseguir entre proteger la salud y la vida diaria», en la que siempre tiene un hueco para rezar a la Virgen de la Bien Aparecida y el Cristo de Limpias por todos lo que tiene alrededor que lo necesitan.

Aprovechando que el también autor del libro 'De qué hablamos cuando hablamos de estilo' no tiene pelos en la lengua, preguntamos por los políticos mejor vestidos y no titubea. «Aunque esté en la antípodas de mi pensamiento, a la ministra de Trabajo Yolanda Díaz da gusto verla. Va impecable, bien peinada y tiene unas piernas muy bonitas. Demuestra que se puede pensar lo que uno quiera pero ir bien vestido». «No por ser rojo hay que vestir mal», apostilla antes de asegurar que Meritxell Batet -presidenta del Congreso de los Diputados-, con la que coincide por su barrio, tiene mucha presencia.

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