«Me encantaría colaborar con Christian Dior o Hermès»

El pasado viernes, fue el único español seleccionado junto a una treintena de jóvenes talentos internacionales para presentar su colección en un desfile conjunto en la ciudad de la luz. «París es más que un símbolo. Es un concepto muy amplio de arquitectura, arte y lujo. Una sensación espectacular que solo la puedes conseguir estando aquí. Alojarte en el clásico Intercontinental Le interGrand Hotel, cenar en Loulou, visitar el Louvre, ir de compras por la Avenue Montaigne y Saint Honoré. Disfrutar de sus calles, sus olores, sus paseos a la orilla del Sena. ¡Es algo mágico!», comenta emocionado.

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Por esa misma razón le gusta resumir su firma «con el concepto de París por el disfrute de esas sensaciones embriagadoras. Magia, confort y felicidad». Y allí, en la ciudad de la que está «enamorado», cumplió uno de sus sueños. Concretamente en la mítica Galerie Bourbon, en el salón Marceau, donde mostró su nueva colección, 'Kokoro'. Su nombre está inspirado en una novela japonesa que habla de la unión de cuerpo, mente y espíritu. Una propuesta en la que se ha dejado «el 300% en cada una de las piezas», bañadas en solo dos colores, el morado índigo y el rosa, y confeccionadas con sutiles transparencias en organza de seda natural y satén.

«Es una maravilla que una seda o un tejido noble te pueda envolver como una segunda piel con la que sentir placer, confort, suavidad. Un regreso a la elegancia y sofisticación en las calles sin perder la comodidad y la contemporaneidad». Piezas bellas como las que elaboran sus admirados Elie Saab, Stéphane Rolland y Giambattista Valli o como las que cosía con maestría el gran Balenciaga. «Cualquiera de sus prendas de los años 60 te la puedes poner hoy en día sin ningún problema y eso es lo que quiero». Por eso, apuesta también por las colaboraciones que tan en auge están hoy en día. «Me encantaría colaborar con Christian Dior o Hermès. Son dos casas de moda llenas de lujo que se han adaptado a nuestros días a la perfección con las colecciones prêt-à-porter. Sería un verdadero placer».

Apunta alto el joven, que siempre destacó en dibujo y estudió Creación y Diseño en la Universidad del País Vasco sin el respaldo de ningún familiar metido en el sector, aunque «en casa siempre había una máquina de coser, de las antiguas, de esas que funcionaban a una gran velocidad con la fuerza de nuestros pies». «He visto a mi madre coser cortinas, cojines, ropa de cama y a mi abuela hacer ganchillo, punto de cruz, bordados, vainicas y un sinfín de manualidades increíbles». Tampoco contó con el apoyo de la instituciones nacionales. «Amo España, pero si tengo que hablar de políticas de soporte para jóvenes emprendedores, huyo sin mirar atrás. No nos apoyan en nada. Si no es por una cosa es por otra, siempre están con excusas», cuenta desde su experiencia.

Así que no es de extrañar que esté tan orgulloso de su firma, financiada con sus ahorros. «Estoy seguro de lo que ofrecemos: un producto de una calidad excepcional, elegante y sofisticado. Tejidos importados de diferentes países en busca de una alta durabilidad» gracias, también, a sus diseños atemporales de confección cuidada al detalle para piezas especiales o fondos de armario para toda la vida. Una moda ética por la que apuestan sus clientas, «mujeres de un rango de edad muy amplio, desde los 25 hasta los 70. Eso sí, muy cosmopolitas y actuales. Residen en diversos sitios, pero mayoritariamente en grandes capitales como Moscú o París o ciudades de costa como Saint Jean, Cap Ferrat, Marbella o Palm Beach». Todo un logro en poco más de año y medio de «ganar o perder, pero aprender».