Máxima Zorreguieta cumple 50 años en su momento más bajo de popularidad

Los seis se mostraban felices a las puertas del recinto donde posaron. Máxima lucía un vaporoso vestido de fondo nude bordado en relieve con líneas de color azul. Una creación de la diseñadora holandesa Iris van Herpen. Su hija mayor, Amalia, llevaba un vestido floral de fondo negro de Needle & Thread con un chal negro. Llamaron la atención los zapatos y los pendientes de la heredera, no tanto por su singularidad, sino porque los dos complementos pertenecían al armario de su progenitora. Alexia, que el año que viene compartirá colegio con la princesa Leonor en Gales, llevaba un vestido verde con volantes de la firma francesa Maje mientras que la pequeña de la familia, Ariane, se decantó por un vestido de fondo beige y bordados florales en rosa y coral.

Era en 1999 cuando la argentina Máxima Zorreguieta conocía al joven heredero de los Países Bajos, de hecho, una foto del álbum personal de la pareja de aquel año conmemora el 50 cumpleaños de ella en un sello postal. Un noviazgo que no estuvo exento de polémica porque ella es hija de Jorge Zorreguieta que fue secretario de Agricultura del dictador Jorge Rafael Videla entre los años 1976 y 1981. Una vinculación política que despertó muchas suspicacias y que provocó que su boda con Gillermo de Holanda se celebrara sin la presencia de sus padres.

A pesar de todo, Máxima supo ganarse el favor de sus súbditos. Siempre se mostró cercana a la gente y su amplia sonrisa fue su gran aliada durante años, lo que ha hecho que haya gozado de una gran popularidad. Una popularidad que ahora pasa por su peor momento. De hecho, según una encuesta realizada entre 1.000 holandeses mayores de 18 años por la cadena pública de televisión y la firma Ipsos, revela que está en el 68%, muy por debajo de 83% que era habitual. Las razones de este descalabro en su aceptación fueron algunos comportamientos durante la pandemia como la adquisición de un yate por dos millones de euros o sus vacaciones familiares en plena crisis sanitaria durante una semana a su villa de Kranidi, en la península del Peloponeso.

Sin embargo, sus cifras son mejores que las de su marido. El rey tiene una popularidad del 57%, mucho menor del 80% que ha logrado alcanzar en otras ocasiones en sondeos similares, pero diez puntos por encima del 47% que obtuvo el año pasado. En cualquier caso, parece que la tendencia es ascendente, lo que es una buena noticia como regalo de cumpleaños para Máxima de Holanda.