Un juez ordena a Aitor Ocio 'borrar' a su hija

Aunque deja claro que acatará la orden judicial, Ocio, que tras dejar el fútbol en 2012 se dedica a las inversiones inmobiliarias y la gestión de centros deportivos y estéticos, aprovecha la ocasión para abrir un debate sobre la presencia de los menores en internet. «Me cuesta comprender cómo en pleno siglo XXI, cuando se habla constantemente de la libertad de expresión, igualdad, etcétera, resulta que un padre con la guardia y custodia única no puede compartir en su cuenta personal el orgullo, amor y admiración que siente por su hija. Y todo esto en base a una ley aprobada en 1982», señala el empresario de 42 años, quien matiza que siempre ha contado con el consentimiento de la niña para difundir sus instantáneas. «Nos hacía mucha ilusión, sabiendo que (...) os servían de ejemplo, motivación e inspiración».

El deportista se refiere a la Ley Orgánica de Protección del Derecho al Honor, a la Intimidad Personal y Familiar y a la Propia Imagen, que establece que la disposición de las fotografías de una persona requiere de su autorización y, en el caso de «menores e incapaces», de su representante legal; es decir, los titulares de la patria potestad. «Hoy, 37 años después, la realidad ha cambiado y vivimos en plena era digital, donde niños de 12 años manejan incluso sus propias cuentas de Instagram -reflexiona-. Por ello creo que es el momento de que la Justicia se adapte a los tiempos actuales y considere determinadas situaciones. ¿A quién hacíamos daño? ¿Eliminar a una hija del Instagram de su padre es protegerla? Los que me conocéis sabéis lo que representa Naia para mí y que jamás haría nada que fuera perjudicial para ella».

El problema es que, en este caso, la madre no está de acuerdo. El conflicto entre ambos por la exposición pública de la pequeña viene de lejos. La modelo y actriz onubense de 37 años hizo pública en 2014 una amarga queja. «Mi hija tiene 7 años y su padre ha subido a redes sociales más de 40 fotos de ella sin el consentimiento de su madre (que soy yo). Además de no estar permitido por ley, estoy cansada de que utilice a Naia para su autopromoción de 'padre ejemplar'. La custodia compartida conlleva respetar las opiniones de los progenitores. ¿Dónde está aquí la protección del menor?», se preguntaba.

Unos días después, Aitor aclaraba en una entrevista que un año antes la Fiscalía de Menores se había puesto en contacto con él y, tras analizar las fotos de la discordia, había desestimado la denuncia de la madre. El anuncio realizado ayer demuestra que Sánchez siguió luchando hasta conseguir su objetivo.

El abogado de familia Felipe Mateo Bueno recuerda que en los últimos años varios tribunales han dirimido desacuerdos similares entre padres separados. En principio, basta que uno de los dos progenitores no consienta para prohibir la difusión de las fotos de un menor, pero las sentencias tienen en cuenta la edad de los hijos -a partir de los 14 años se valora su opinión- y si hay una «sobreexposición».

Aunque el exfutbolista alavés no ha hecho alusión al incidente, el verano pasado una foto de padre e hija de la mano y de espaldas, luciendo el mismo modelo de bañador en una playa, suscitó comentarios negativos que él se apresuró a borrar y despertaron la solidaridad de sus amigos. «Ella es muy auténtica. Se acaba de cortar el pelo como un chico, no quiere ponerse un vestido, juega al fútbol y al baloncesto. Tiene una personalidad muy marcada y estoy encantado», ha comentado en alguna ocasión.

Aitor Ocio y Laura Sánchez se conocieron en 2004, mientras el futbolista jugaba en el Sevilla, y dos años después nació su hija. Cuando el Athletic fichó a Aitor, la pareja se mudó a Bilbao. En 2009 se separaron y comenzaron los conflictos.