j. g.
Martes, 21 de mayo 2019, 10:11
Salvo que exageren, los actores suelen decir que las escenas más difíciles de interpretar son las de sexo. Tienen que colocarse en cualquier sitio ideado por un guionista y adoptar las posturas surgidas de la mente de un director mientras son observados por ... un grupo de mirones con cámaras y focos dispuestos a inmortalizar el acto. Todo ello conducido por un ser superior que una y otra vez dice '¡Corten!' cuando parece que la humillación ha cesado y después ordena repetir la faena. Pocas cosas hay más efectivas contra la líbido.
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A Daniel Craig y Ana de Armas les espera algo parecido en el rodaje de la nueva película de James Bond, la número 25. Les aguarda el penoso trance del deseo simulado ante un puñado de técnicos aburridos que serán los encargados de convertir un incómodo revolcón en una escena de alto voltaje. Es cierto que el dinero que les pagan ayuda bastante, pero no por eso el momento deja de ser humillante.
Por suerte para los dos actores, esta vez no estarán solos. Cuando les llegue la hora de fundir sus cuerpos en uno solo, contarán con la ayuda de un coordinador de intimidad, una nueva figura que se ha puesto de moda en Hollywood y que se encarga de que los intérpretes se sientan cómodos cuando se vean obligados a restregar sus pieles por exigencias del guion. «Vamos a hacer todo lo posible para que Bond se ponga al día y asegurarnos de que todas las estrellas reciban el apoyo que necesitan en el 'set', incluso durante algunas de las escenas de sexo más atrevidas», han declarado fuentes de la productora.
No es ningún capricho. Desde que estalló el escándalo de Harvey Weinstein, el productor sobre el que ha caído una lluvia de acusaciones de abusos sexuales a actrices, la ola del #MeToo ha puesto en guardia a los estudios de cine y cadenas de televisión. Huyen como de la peste de cualquier malentendido que desemboque en una demanda, boicot o similar. Para evitarlo ha nacido el coordinador de intimidad, un profesional con conocimientos de cine, dirección, actuación y psicología. También, y eso es indispensable, tienen que conocer la legislación de los lugares donde se ruede cada película.
Entorno seguro
Lo más habitual es que los coordinadores sean mujeres. Su función es la de proporcionar un entorno seguro a los actores que interpretan escenas de sexo y confirmar que cada escena que se grabe cuente con el consentimiento de los protagonistas sin presiones de ninguna clase.
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Esta figura ya existía en el teatro desde 2000, pero en 2018 la plataforma HBO la introdujo en sus rodajes. Ese año la actriz Emily Meade, que participaba en 'The Deuce', una serie sobre el mundo del cine porno y la prostitución en los años 70, pidió la presencia de un observador externo para sus escenas más difíciles. El resultado fue la contratación de Alicia Rodis, la primera coordinadora de intimidad que entró en un 'set' de rodaje.
El experimento tuvo tanto éxito que fue copiado por otras cadenas y se ha extendido por Hollywood, donde ya nada es lo mismo, ni siquiera para James Bond. Eso de quedarse en la intimidad con la chica cuando termina la misión ha pasado a la historia. Ahora siempre hay alguien que vigila a 007. Por lo que pueda ocurrir.
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