Enrique y Meghan se distancian de la realeza y buscan empleo

La noticia confirma el distanciamiento de ambos con respecto a las pautas de la familia real británica y su deseo, según sus palabras, de «forjar un nuevo rol progresista» en la institución. Los diarios británicos describen a la reina Isabel II como «enfadada» y a Carlos y Guillermo, padre y hermano de Enrique, como «incandescentes de rabia». 'The Sun' acuña un término con sabor contemporáneo para describir lo sucedido: es el 'Megxit'.

En su mensaje, la pareja afirma que su decisión significa que dejan de ser «miembros de alto rango de la realeza», aunque «continuarán apoyando plenamente a Su Majestad la Reina». También señalan que seguirán cumpliendo sus deberes con la Commonwealth- asociación de antiguas colonias británicas que preside la monarca- y también los que han contraído como patronos de múltiples asociaciones benéficas.

El anuncio llega tras meses de especulación sobre el destino de la pareja, que contrajo matrimonio en 2018 y tuvo a su primer hijo, Archie, el pasado mayo. Se habían aireado diferentes papeles para Enrique, que ocupa el sexto lugar en la línea de sucesión. A las críticas incesantes a su esposa en la prensa británica se habría añadido recientemente el enfado con otros miembros de la familia, incluyendo a su hermano, Guillermo.

El anuncio concluye con la promesa de que harán saber, «a su debido tiempo», «los nuevos pasos que darán, en colaboración con Su Majestad la Reina, el príncipe de Gales y el duque de Cambridge». Mencionan la creación de su «nueva entidad benéfica». Enrique ha liderado la organización de una competición deportiva, 'Invictus', entre soldados que sufren lesiones de guerra y ha colaborado con su hermano en la divulgación de la importancia de la salud mental.

Enrique fue educado en colegios privados y antes de entrar en la academia militar de Sandhurst estudió en la escuela elitista de Eton, donde no destacó por su talento académico. Fue desplegado con su regimiento, Blues and Royals, en la guerra de Afganistán, y desde su marcha del Ejército ha ocupado una posición flotante en torno a la corona. En entrevistas anteriores a su matrimonio había afirmando que «nadie en la familia quiere ser rey» o que él quiso «apartarse de la familia real».

Markel era una actriz con relativo éxito en una serie de televisión antes de conocer al príncipe y, tras su jubilosa boda en Windsor, ha tenido dificultades para integrar sus maneras más abiertas e informales en las pautas sobrias y rígidas de la realeza. Enrique se quejó en público del trato que recibía Meghan en los medios y presentó una querella contra dos periódicos por presunta intercepción ilegal de sus comunicaciones.

La búsqueda de empleo tiene malos precedentes en la familia. Sofía, esposa del príncipe Eduardo, tuvo que dimitir como relaciones públicas cuando fue entrampada por un periódico para publicar que ofrecía a unos falsos jeques acceso a la realeza. Andrés, tercer hijo de la reina, conoció a Jeffrey Epstein cuando se convirtió en embajador comercial tras dejar la Real Fuerza Aérea. Esa relación desembocó en el caso de presunto abuso sexual de menores en el que está ahora envuelto.