pedro muñoz
Martes, 12 de noviembre 2019, 07:54
Era el reencuentro más esperado. Desde el bautizo de Archie, el primogénito de Meghan Markle y Enrique de Inglaterra, el pasado mes de julio, los duques de Cambridge y los de Sussex no habían vuelto a verse en público. Este largo periodo transcurrido sin que ... ambos matrimonios coincidieran en ningún acto oficial, sumado a las filtraciones sobre las dificultades de Meghan para aclimatarse a la vida en palacio, habían generado todo tipo de especulaciones que el propio Enrique se encargó de avivar, al regreso de su viaje a Sudáfrica, con sus comentarios sobre su distante relación con su hermano mayor: «Ahora estamos en caminos diferentes, pero yo siempre estaré para él y él para mí. No nos vemos tanto como solíamos hacerlo porque estamos muy ocupados».
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Pero este fin de semana, por fin, después de cuatro meses, los dos hijos del príncipe Carlos y sus respectivas esposas se volvían a ver las caras con motivo del Día del Armisticio, que recuerda el final de la Primera Guerra Mundial. Una fecha de enorme contenido emocional en Reino Unido –el entonces Imperio Británico perdió por causa de aquella conflagración cerca de 900.000 militares y unos 300.000 civiles–, lo que no impidió que todas las miradas se centraran en Meghan, Enrique, Guillermo y Catalina.
Las conmemoraciones comenzaron el sábado con el festival del Recuerdo, el tradicional concierto en el Royal Albert Hall que organiza la Royal British Legion, una asociación benéfica volcada en miembros y veteranos de las Fuerzas Armadas. Pero las dos parejas llegaron por separado y el protocolo les situó muy alejados, lo que no hizo sino alimentar los rumores. Mientras que los duques de Cambridge se sentaron en primera fila del palco junto a la reina, los duques de Sussex fueron colocados en segunda fila y en el lado opuesto.
El domingo se celebró el homenaje a los caídos en el Cenotafio, donde el príncipe Carlos, acompañado por sus hijos Guillermo y Enrique, depositó una corona de flores. Las mujeres de la familia real, vestidas de riguroso luto y luciendo una amapola en la solapa, asistieron a la ceremonia desde la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores. Tampoco fue posible verlas allí juntas. La reina Isabel compartió balcón con su nuera, Camila de Cornualles, y con Catalina de Cambridge, mientras que la duquesa de Sussex hizo lo propio con Sofía de Wessex, esposa del príncipe Eduardo, y con el vicealmirante Timothy Laurence, esposo de la princesa Ana. El culebrón continúa.
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