Los dos meses de ausencia de Kate Middleton

La última vez que se vió a Kate en una aparición pública fue el pasado 25 de diciembre en una misa de Navidad a la que acudió toda la familia al completo. Tres semanas después, desde el Palacio de Kensington se emitió un comunicado para informar de la «exitosa» operación de la Princesa y de que se esperaba que permaneciese en el hospital de «10 a 14 días, antes de regresar a casa para continuar con su recuperación». Además, se aprovechó para pedir la mayor «normalidad» posible en la recuperación por el bien de sus tres hijos y el «deseo de que su información médica personal permanezca privada».

Una vez en casa, el 29 de enero, desde Palacio se informó de que la princesa de Gales tenía «buenos progresos» y aprovecharon para «agradecer enormemente a todo el equipo de la Clínica de Londres» y en especial al «personal de enfermería» por la «atención brindada». Además, advirtieron de que solo publicarían información cuando hubiera algo «significativo para compartir». Sin embargo, desde entonces se han visto obligados a emitir varios comunicados para tratar de frenar los numerosos rumores que han surgido en torno a su estado de salud, el último, ayer. «Fuimos muy claros desde el principio en que la Princesa de Gales estaría fuera hasta después de Pascua y el Palacio de Kensington solo proporcionaría actualizaciones cuando algo fuera significativo«, han explicado de manera rotunda a través de una nota en 'Page Six'.

Estas especulaciones han llegado desde muchos medios, tanto británicos como extranjeros, y han sido de todo tipo, se ha llegado a especular con un problema de salud mental, con un cáncer, con que había estado en coma en el postoperatorio y con que padecía la enfermedad de Crohn. Pero ninguna de las noticias ha sido confirmada ni desmentida por la Casa Real, que pasa por unos duros momentos debido a la enfermedad del rey Carlos III y el golpe de la inesperada muerte a los 45 años de Thomas Kinsgston, marido de Lady Gabriella Windsor, prima segunda del rey Carlos III.

El silencio sobre el estado de salud de Kate es el imperativo en la familia real británica y los diferentes comunicados emitidos, lejos de apaciguar las aguas y la preocupación, parece que solo han servido para que aumente la inquietud por la que actualmente es uno de los miembros más queridos de la familia.