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El Norte
Viernes, 7 de julio 2023, 12:53
Britney Spears no está atravesando por su mejor momento personal. Algo que no es nuevo ya que durante los últimos años mantiene una cruda batalla mediática y judicial contra su familia. En septiembre de 2021, la estrella del pop consiguió salir airosa de la contienda ... legal que emprendió contra James Spears, su padre y tutor legal durante 13 años. A esto se le suma que la semana pasada, sus hijos Jayden y Sean Preston aseguraron públicamente que temen por la salud de su madre y afirmaron, presuntamente, que tenía problemas con la adicción a las drogas.
Ahora, la cantante ha vuelto a regalar un nuevo titular a la prensa del corazón, tras haber protagonizado un encontronazo con el equipo de seguridad del famoso jugador de baloncesto francés Victor Wembanyama, de 19 años. Los hechos ocurrieron la noche del pasado miércoles 5 de junio en el restaurante de Las Vegas Catch, en el lujoso hotel con casino Aria. Al parecer, allí se encontraba cenando el jugador de la NBA y los San Antonio Spurs cuando la artista entró en el local junto a su marido Sam Asghari y dos amigos. La cantante intentó acercarse al joven jugador para saludarle y mostrarle su admiración, pero su equipo de seguridad se abalanzó sobre ella impidiéndole el paso llegando incluso a darle una bofetada. «Las gafas de Spears volaron de su cara y se estrellaron contra el suelo», declaró un testigo presencial al medio estadounidense 'TMZ'. Asimismo, añade que momentos después el propio guardia de seguridad se acercó a ellos para mostrar sus disculpas asegurando que no la había reconocido. «Cuando te sabes invadido por los fans... ya sabes cómo es».
No obstante, la cantante asegura que jamás recibió dichas disculpas. «Me opongo a la violencia en todas sus formas, especialmente si no hay una justificación por tener que defenderte a ti mismo o a alguien que no puede. La autodefensa puede ser inevitable, pero la defensa de cualquier mujer, especialmente de mi mujer, no es discutible. Considero que mi reacción responde a lo ocurrido, y espero que el hombre en cuestión aprenda una lección y vea su falta de respeto a las mujeres. Gracias por el apoyo», expresó su marido.
«El comportamiento violento y fuera de control por parte de un guardia de seguridad no puede arrojar sombras sobre los méritos de un gran joven al alza. La culpa debe recaer en el cobarde que hizo esto, en la gente que lo contrató sin una investigación adecuada y en una cultura sistemática de desprecio por las mujeres del mundo del deporte y el entretenimiento. No me puedo imaginar un escenario en el que una fan desarmada expresando cualquier tipo de emoción o aprecio por una celebridad pueda llegar a ser atacada físicamente, y mucho menos pegarle en la cara por tocarle a alguien en el hombro. Se necesitan cambios desde arriba, los espero», escribió en otro mensaje que borró minutos más tarde.
Poco después el jugador de baloncesto contó su versión de los hechos durante una entrevista con un conocido canal de televisión de deportes estadounidense. «No vi lo que pasó porque iba caminando hacia delante y me dijeron: 'No pares'. Pero esa persona me agarró por detrás, no me tocó el hombro, me agarró por detrás, y la seguridad la alejó. No sé con cuánta fuerza, la verdad. Pero la seguridad la echó fuera. No me paré para poder llegar y disfrutar de una cena agradable», asegurando que no supo que se trataba de Britney Spears hasta horas más tarde. «Al principio fue como: 'Estáis de broma', pero sí, resulta que era Britney Spears», confesó.
La última en hablar sobre lo sucedido ha sido la propia cantante. A través de una carta publicada en su perfil de redes sociales, Spears afirma que aunque «las experiencias traumáticas no son nuevas para mí», no estaba «preparada para lo que pasó anoche» cuando vio a un deportista en el mismo restaurante que estaba ella. «Decidí aproximarme a él y felicitarle por sus éxitos. Era realmente alto, así que le toqué en el hombro para llamar su atención. Soy consciente de las declaraciones del jugador cuando dice que le 'agarré por detrás', pero simplemente le toqué el hombro. Su guardia de seguridad me pegó en la cara sin mirar atrás, frente a una multitud. Casi derribándome y tirándome las gafas. Los fans vienen hacia mí todo el rato. Incluso esa noche. Se me acercaron un grupo de unos 20 fans. Mi equipo de seguridad no le pegó a ninguno», aseguró.
«Me da mucha vergüenza compartir esta historia con el mundo, pero ya está ahí afuera. De todos modos, pienso que es importante compartirla y urgir a la gente que está en el ojo público a ser ejemplo y a tratar a todo el mundo con respeto. Hay mucha violencia física en este mundo, a menudo tras puertas cerradas. Estoy al lado de todas las víctimas y mi corazón está con vosotros. Todavía espero una disculpa pública del jugador, de su equipo de seguridad o de la organización. Espero que lo hagan... Tampoco creo que este sea un asunto de burla. Ver al jugador sonreír y reírse fue cruel y desmoralizante con lo que estaba pasando. Y él mide 2,24 y yo 1,60...», sentenció.
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