colpisa
Madrid
Sábado, 6 de octubre 2018
La aristocracia, que no nobleza, actual no es lo que era. Hace un par de décadas sería impensable que la futura duquesa de Alba entrara en la familia sin coronarse con una de las tiaras del joyero generacional. Pues Sofía Palazuelo, desde hace unas horas ... duquesa de Huéscar, ya señora de Fernando Fitz-James Stuart, lo ha hecho. Esta semana las revistas del corazón hacían sus apuestas, en especial ¡Hola!, con la tiara que elegiría. Se habrá quedado, a golpe de talonario, con la exclusiva de una boda de la que solo han transcendido fotos de algunos invitados y una instantánea de los novios, pero... La biblia del corazón no ha dado en el clavo. La novia, radiante, moderna, poco convencional, nada aristocrática, bellísima y con un vestido de lo más sencillo, ha confiado en la naturalidad, en su tía Teresa, para liderar la nueva generación de la Casa de Alba. También es cierto que él, Fernando, es un chico de lo más normal, de lo más discreto.
Publicidad
Pero, por más que uno y otra busquen la normalidad, su enlace no lo fue. Reunió a lo más granado de la sociedad española. Sorprende, eso sí, que no hayan distribuido algunas fotos de la boda, sino que se decidieran por el talonario de la revista ¡Hola!. Pero, salvo esa tradición que ya instauró Cayetana de Alba, Cayetano y Eugenia, los reyes indiscutibles del papel couché, y la de los invitados de postín, el resto fue... o intentó ser... de lo más normal.
Acudió la reina Sofía. Y no, no tuvo que ceder el paso a nadie. Aquella leyenda de que el titular de la Casa de Alba poseía tantos títulos que ante un monarca, éste tendría que cederle el paso es solo eso, una leyenda. Nobleza obliga. Y un rey o reina siempre tiene más rango que la suma de ducados y marquesados. Doña Sofía encabezó la lista de 400 invitados que se citaron en el palacio de Liria de Madrid.
La ceremonia, aprovechando el buen tiempo, se celebró en los jardines de palacio. El novio, vestido para la ocasión con el uniforma de gala de maestrante, como lo hiciera su padre y su tío Cayetano, llegó al altar del brazo de su madre, Matilde Solís. Ella lo hizo del brazo de su hermano. Fue el momento en que se descubrió el secreto mejor guardado, un vestido, de manga corta, que destacada por los volúmenes.
Entre los invitados, los más coloridos, Agatha Ruiz de la Prada y sus hijos. Indescriptible. También acudió Carlos Falcó y su mujer, Ester Doña; Esperanza Aguirre... Y aunque habrá que esperar a ir al quiosco... no faltaron ninguno de sus tíos, con los más mediáticos al frente: Cayetano y Eugenia Martínez de Irujo al frente.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La proteína clave para la pérdida de grasa
El Comercio
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.