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Pocas familiar reales del mundo son más rígidas de la británica. Sin embargo, los 'royals', pero de puertas para adentro los miembros de la familia re dirigen unos a otros a través de apelativos y apodos cariñosos y no solo de los que por nacimiento ... han llegado a la famlia si no también para las esposas de los príncipes Guillermo y Enrique. Tanto Catalina de Cambridge como Meghan de Sussex ya tiene sus propios motes.
Ni la reina británica se libra de los apodos cariñosos. Desde los de su marido, el duque de Edimburgo: 'salchicha' o 'repollo'. Y aunque el apodo que adopta más a menudo es el de «Lilibeth», su nieto, el Príncipe Guillermo le hizo adoptar el de «Gary» (ya que no sabía pronunciar bien «abuelita» en inglés - 'granny')
El mismo confesó en una entrevista que su madre le llamaba 'Wombat' y así se quedó. El término se refiere a un animal australiano. De hecho, el sobrenombre surgió a raíz de un viaje a ese país cuando era un niño.
El hijo pequeño de Diana de Gales también luce un apodo que le puso su madre. 'Jengibre', por el color de su pelo y 'ginger' en inglés, es un nombre para referirse a los pelirrojos en este idioma. Guillermo ha confesado en alguna ocasión que su hermano tiene algún sobrenombre más que no dirán en público ya que son más soeces.
La penúltima en llegar a la familia real no ha desarrollado un apoyo demasiado especial. Sus allegados le llaman 'Caths.' El Príncipe George, hijo primogénito de los Duques, se presenta a si mismo como «Archie», tal y como revela la revista «Vanity Fair».
Ha sido la última en llegar pero el príncipe Carlos ya tenía un sobrenombre para ella: 'Tungsteno'. Se trata de un material muy duro y resistente.
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