El mercado de compraventa de 'acciones' que predice quién ganará en Madrid

En este momento, o en algún momento del día de hoy, cerca de 400 personas van a comprar y vender acciones del próximo Gobierno de la Comunidad de Madrid. Y la respuesta a «¿cómo es posible que ocurra esto?» es mucho menos turbia de lo que pudiera parecer a simple vista. Están comerciando con los diferentes escenarios políticos resultantes de los comicios del 4 de mayo, sí, pero de manera simulada dentro de Predi, «un mercado de predicción que funciona de manera muy similar a cualquier mercado bursátil, como el Ibex 35». Lo explica Alberto López, doctorando de la Universidad de Zúrich que lidera un proyecto de investigación en el que estudia, junto al profesor Oliver Strijbis, cuál es el efecto de las expectativas y los eventos de campaña sobre los resultados electorales. Y, por el momento, vaticinan una victoria del PP, sin mayoría absoluta, que gobernaría con apoyos externos.

El funcionamiento es el siguiente: López y Strijbis reclutan a diferentes participantes, la mayoría profesores y alumnos de Ciencias Sociales de universidades españolas, y les dan 10 euros. Con ellos pueden comprar y vender acciones sobre eventos políticos futuros, como cuál va a ser el Gobierno que surja tras las elecciones y qué resultado van a obtener los principales partidos en porcentaje de votos. Así, por ejemplo, cada uno de los escenarios de pactos más probables es un contrato en el mercado. Cuando este se pone en marcha, es el precio variante de dicho contrato el que refleja la posibilidad de que ese pacto ocurra y los expertos compran y venden acciones de «un Gobierno de PP y VOX» si piensan que hay más o menos opciones de que este evento ocurra que las sugeridas por su precio inicial. Ocurre lo mismo con cada uno de los partidos, que constituyen un mercado propio en el que se tienen que asignar probabilidades a los posibles resultados electorales de cada uno. Es decir, que sube el precio cuando lo consideran más probable y baja cuando descienden las expectativas.

De este modo, los participantes traducen en probabilidades la información a su alcance, a través de encuestas, elecciones precedentes, noticias o eventos, y aproximan, en tiempo real, el desarrollo de la campaña. Es López quien genera las estimaciones a partir de las señales que emite el mercado de predicción. La idea era «predecir eventos que son más complejos que el simple hecho de predecir el voto», explica el doctorando en Ciencias Políticas, que se unió al proyecto iniciado por Strijbis hace unos años. Y, entonces, ¿cómo afectó a los posibles pactos el enfrentamiento entre Pablo Iglesias (Unidas Podemos) y Rocío Monasterio (Vox) en el debate de la SER del 23 de abril? Pues disparó un día después las opciones del bloque PSOE, Unidas Podemos y Más Madrid hasta el 38% de probabilidad de ser el Gobierno resultante, mientras que la opción del PP con apoyos externos cayó al 39%. Solo tres días antes, en la jornada del primer debate y antes de saltar el tema de las cartas amenazantes con balas, estaban en el 18% y en el 51%, respectivamente.

Detalla López, en base a los datos de Predi, que hasta el momento ha habido «tres fases» en esta campaña. La primera fue la de precampaña, «en la que había cierto convencimiento en el que el tipo de gobierno iba a ser de derechas», pero con cierta «incertidumbre acerca de si ese sería de PP y Vox o de PP en solitario con el apoyo de Vox desde fuera o, de algún modo, que Ciudadanos participara». La segunda fase comenzó «con las diferentes señales coalicionales que enviaban los candidatos», cuando Isabel Díaz Ayuso (PP) se mostró «un poco más reticente en torno a hacer un Gobierno de coalición» y comenzaron a bajar las probabilidades de que Vox accediera al Gobierno. Mientras, los naranjas fueron perdiendo probabilidades de entrar en la asamblea al quedarse por debajo del 5% de la barrera electoral. Por último, la tercera fase se inició el viernes del debate mencionado, que «disparó hacia arriba las posibilidades de un gobierno de izquierdas», sin ser en ningún momento la primera opción, pero aprovechando el impulso de Más Madrid frente al decrecimiento contenido del PSOE y la evolución de Podemos, que se ha mantenido fija a excepción del shock del anuncio de Iglesias, a mediados de marzo, y el encontronazo con Vox. Habrá que ver, por ejemplo, cómo se comporta el mercado con la publicación ayer de que dos escoltas del líder morado estuvieron presuntamente involucrados en las agresiones a policías en un acto en Vallecas.

Una de las ventajas de este mercado de predicción es que «está moviéndose en vivo todo el rato», explica López, mientras que «las encuestas son una foto fija de la realidad». Habida cuenta de que si este artículo se basase en una encuesta no podría ser publicado hoy, ya que la ley electoral española prohíbe la difusión de estudios de opinión a cinco días de los comicios.

Con ello, las encuestas «son muy útiles para predecir el voto», pero los investigadores tienen en cuenta en este proyecto que «en política, y sobre todo en la política multipartidista, hay eventos más complejos, como cuál va a ser el Gobierno resultante. Y eso no depende solamente del número de votos que coseche cada partido, sino que también depende de la política de pactos, de las reglas del sistema electoral y de muchas otras variables que se intercalan». De este modo, el mercado tiene el potencial de mostrar el efecto directo de un evento, como el intento de debate o las cartas amenazantes con balas. Teniendo en cuenta que estos hechos, inesperados en su mayoría, producen un shock en el mercado tras el cual, «por lo general, hay una especie de bajada de equilibrio». Es decir, que la situación tiende a estabilizarse. Influye también la habilidad de los partidos para desviar la atención hacia temas que beneficien su campaña, intentando establecer un marco discursivo más amable a sus intereses.

Así pues, sobre la información que resulta de Predi, los participantes añaden información sobre los resultados esperados de cada partido, la política de pactos que estos pueden seguir y también sobre la participación electoral, que, a pesar de la situación por el coronavirus, «va creciendo» y el mercado aproxima que estará «en torno al 69%». Para los participantes, dependerá de «su buen olfato» el poder maximizar sus beneficios, siempre sin endeudarse ni jugar con su propio dinero, ya que el fin es «puramente científico». Por ejemplo, en el mercado de las últimas elecciones generales hubo una persona que se llevó cerca de 400 euros. El objetivo final de los investigadores es «ver cómo se correlacionan los datos del mercado de predicción con los datos definitivos de las elecciones». Es decir, «ver si las expectativas de lo que va a pasar afectan a cómo la gente termina votando». Y en cuanto a los resultados, López relata que en las últimas elecciones generales tuvieron un margen medio de error del 1,4% y estuvieron «entre los métodos de predicción que más acertaron».

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