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El debate, concebido por el PSOE como el gran hito de la campaña, no salió como Pedro Sánchez había esperado. El presidente del Gobierno aspiraba a apuntalar la idea que, según creían en su entorno y cabía deducir de unas encuestas que semana a ... semana mejoraban sus expectativas de voto, empezaba a quedar en el ambiente tras sus múltiples entrevistas en programas de máxima audiencia: la de que está en condiciones de remontar el resultado del 28-M . En la dirección del partido nadie reconoce abiertamente que su líder salió derrotado. Pero los análisis resultan elocuentes. «Nosotros vamos a ganar en el postdebate la partida que prueba que Feijóo miente sin despeinarse», dicen.
Dedicar los esfuerzos a ganar la discusión del día después resulta indicativo de que no fue posible hacerlo cuando tocaba, cuando tenían la atención de unos 5'9 millones de personas. Y eso es en lo que, desde este mismo martes por la mañana, en una breve declaración ante los medios antes de participar en la Cumbre de la OTAN en Vilna, (Lituania), se afanó el jefe del Ejecutivo tras declararse «satisfecho» con su actuación. «¿Enfrente qué tuvimos? -dijo- Un señor Feijóo que ante la absoluta ausencia de proyecto político y de programa, lo que hizo fue plantear una montaña de mentiras, el uso descarnado del terrorismo de ETA».
De una manera u otra los socialistas admiten que el presidente del Gobierno no supo enfrentarse al Alberto Núñez Feijóo con el que se topó en el plató de Atresmedia. «Ha ganado todos los debates parlamentarios en 5 años, ha bordado las entrevistas y ayer... no parecía él», reconoce con pesar un dirigente territorial cercano al presidente sobre Sánchez. «Es verdad que Feijóo sorprendió -dice otro diputado más crítico- pero también era ingenuo pensar que a un señor que ha sido 13 años presidente autonómico con cuatro mayorías absolutas nos los íbamos a merendar como si nada. Pedro apenas reaccionó. Los primeros 15 minutos le dejaron muerto».
En Ferraz aseguran que jamás minusvaloraron al líder del PP y que su actuación tampoco les pilló por sorpresa; que, pese a haber dedicado meses a glosar su supuesta insolvencia, sabían que podía desempeñarse con lo que para unos pudo ser aplomo y para otros «frialdad» de 'killer'. «Lo que ocurre es que Pedro se encontró con el 'galope de Gish', una estrategia basada en la 'metralleta de mentiras' imposible de desmentir en tan poco tiempo y eso lo descolocó al principio, pero luego fue a más», esgrime un miembro de la ejecutiva.
«Él -remachan desde el comité de estrategia electoral- intentó llevar las ideas centrales de nuestro discurso y desenmascarar con mayor o menor acierto las mentiras que se plantearon, pero en ese formato es complicado combatir una mentira y trasladar tu verdad. El otro te distrae, te saca de tu carril...».
El carril de Sánchez era evidente. El jefe del Ejecutivo llevaba semanas tratando de aglutinar, por un lado, el voto de la izquierda y de frenar el trasvase de votos al PP, por otro, galopando a lomos de los pactos del PP y Vox y humanizando al personaje maquiavélico y sin escrúpulos con el que la oposición ha conseguido que muchos españoles le identifiquen. En en su equipo aseguran que, aunque ayer no ofreciera tan buenos resultados como cabía esperar, no variará la estrategia. "Tenemos que seguir hablando de Vox porque estos 20 días le han quitado la careta a mucha gente", defienden.
El mensaje oficial es el de que sigue habiendo partido y que lo ocurrido este lunes no cambia nada. Ahora se rebaja la importancia del debate igual que hace unos días se magnificaba. «Ninguno cometió un error de bulto que es lo que de verdad penaliza y la campaña sigue», se consuelan. «Eso sí, nosotros vamos a darle correa al debate porque hay muchas afirmaciones de Feijóo que no se corresponden -insisten- con la realidad y que afectan a muchos colectivos a los que vamos a contarles la verdad».
Por lo pronto, ya han elaborado un vídeo para difundir en las redes, en el que replican a esas falsedades con las que dicen que el líder del PP "embarró" el terreno de juego. ¿La más sonada? La de que el PP apoyó la revalorización de las pensiones al 8,5%, pero también otras como que el juez ha archivado la causa del espionaje del que fue víctima el Gobierno con el 'malware' Pegasus, y tras el que la UE veía 'plausible' que estuviera la mano de Marruecos, por falta de colaboración del Ejecutivo y no de Israel (creador de la aplicación, en manos de numerosos Estados)
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