Nadia Calviño será vicepresidenta económica si gobierna el PSOE

Pablo Casado (Partido Popular) intentó equiparar Gobierno socialista con crisis económica y acusó a Sánchez de «ocultar los efectos de la crisis para ganar las elecciones», recordando a Zapatero cuando negó la crisis. Pedro Sánchez (PSOE) insistió en que la economía española tiene «pilares sólidos» y sigue creciendo por encima de la media europea. Fue el momento en el que anunció que, si gana las elecciones, creará una vicepresidencia económica y la ocupará Nadia Calviño, un perfil que tranquiliza en Bruselas y a las empresas. También prometió un ministerio para luchar contra la despoblación y el reto demográfico.

Poco debate hubo en torno a las pensiones porque todos defendieron subirlas -no olvidemos que hay nueve millones de votos en este colectivo-, Iglesias detalló algo más (elevar las pensiones mínimas a 600 euros y que se puedan elegir los años cotizados) y Casado y Sánchez exhibieron lo realizado por los Gobiernos de sus partidos.

Lo que sí tenían claro es que si hay algún elemento económico que puede mover el voto es el empleo y los impuestos. No es extraño, por tanto, que PP y Ciudadanos insistieran en que bajarán los impuestos si ganan; ambos coinciden en rebajar el IRPF, suprimir el Impuesto de Patrimonio y el de Sucesiones. Menos ingresos que exigirán recortes del gasto. Algo que Rivera simplificó en acabar con la «corrupción política» y eliminar chiringuitos, como la institución pública en la que trabajó Abascal cuando estaba en el Partido Popular. Casado llegó a decir que, si gana el PSOE, los españoles vayan preparando mil euros en un sobre para pagar las subidas de impuestos que prepara Pedro Sánchez, lo que dio pie a Pablo Iglesias (Unidas Podemos) a recordarle a Casado que «de sobres con dinero dentro sabe mucho el PP».

La creación de empleo -una de las principales preocupaciones de los ciudadanos, según la encuesta del CIS- centró parte del bloque económico. Sánchez cometió un error al afirmar que habían creado 530.000 empleos desde el tercer trimestre de 2018; en realidad han sido 350.000 según la EPA. Y anunció que derogará la reforma laboral, aunque en entornos más calmados y en el programa electoral el objetivo es más moderado; sólo hay que derogar «las normas más lesivas» de la reforma laboral del PP. Iglesias rápidamente se apuntó a llevar a cabo esta tarea y reiteró, como lo hizo a lo largo de todo el debate, la oferta a Sanchez para «gobernar juntos».

Santiago Abascal (Vox) resumió su plan económico en dos propuestas radicales: terminar con la sanidad universal para los inmigrantes y realizar un «drástico recorte del gasto político de las autonomías», que cifró entre 60.000 y 90.000 millones de euros al año. Abascal llegó a decir que habrá que elegir «o autonomías o pensiones». Sólo Iglesias entró a rebatirle.