Ya lo avisó Pablo Iglesias en la noche electoral poco después de conocerse el batacazo de Unidas Podemos. «Ahora toca tener paciencia», dijo el secretario general de la formación morada en referencia a las negociaciones que aspira a abrir en los próximos días con ... Pedro Sánchez para formar un Gobierno bipartito.
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La coalición de izquierda ni siquiera convocó ayer a los medios de comunicación para valorar las generales, como hizo en 2015 y 2016. Sí se reunió la ejecutiva de Podemos, con Iglesias al frente, para analizar el horizonte que se abre y el por qué de la pérdida de hasta 25 escaños en la Cámara baja. La dirección tomó la decisión de convocar el próximo lunes un Consejo Ciudadano Estatal, máximo órgano del partido entre Congreso.
Las escasas impresiones de la cúpula podemista llegaron a través de Twitter. Pablo Echenique volvió a azuzar el temor a un posible pacto entre PSOE y Ciudadanos, que suman 180 diputados, cuatro por encima de la mayoría absoluta. «Señores multimillonarios, medios propiedad de señores multimillonarios y tertulianos invitados por esos medios explicando una y otra vez que tiene que haber un acuerdo Sánchez-Rivera», denunció el secretario de Organización.
Unidas Podemos está decidido a jugarse el todo por el todo para cerrar una coalición con los socialistas. En el partido morado son conscientes de las dificultades para lograrlo. Primero porque el PSOE está decidido a un formar un Ejecutivo monocolor formado por socialistas e «independientes de prestigio». Y después porque la suma de ambas fuerzas de izquierda se queda a 11 escaños de la mayoría absoluta, lo que convierte a Esquerra en imprescindible para sacar adelante la investidura, ya sea mediante un voto afirmativo en la primera votación o una abstención en la segunda.
Pero Unidas Podemos también cuenta con bazas a favor. La principal, aparte de la aritmética parlamentaria, es su buena relación con el independentismo, especialmente con los republicanos. Iglesias podría ejercer de negociador con Oriol Junqueras y Gabriel Rufián, sin que Sánchez tuviera que bajar a la arena y exponerse a unas críticas de la oposición que se dan por seguras si ERC facilita su reelección.
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A nivel interno, ocupar responsabilidades de Gobierno serviría a Unidas Podemos para aliviar la tensión interna por los malos resultados. Y, en caso de darse una buena gestión de sus ministros, para incluso recuperar a parte del electorado progresista que se ha escapado al PSOE en estas elecciones.
Nombres no le faltan a Iglesias para proponer. Irene Montero, quien en Podemos se ha hecho cargo de las políticas de Educación, o la jueza Victoria Rosell para Justicia y el general Julio Rodríguez para Defensa podrían ser algunas de las apuestas del líder de Podemos para conformar su ansiado bipartito.
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