Ciudadanos queda herido de muerte

Por el camino se dejó casi tres millones de votos, 47 escaños y la salida de la mitad de la cúpula de Ciudadanos del Palacio de la Carrera de San Jerónimo, empezando por el secretario general José Manuel Villegas. Una debacle sin paliativos que coloca a Rivera en el punto de mira y al partido al borde de la desaparición. «Los éxitos son de todos, los fracasos son en primera persona», reconoció el líder de los liberales, que compareció pasadas las once de la noche arropado por su círculo más cercano.

No buscó excusas. Entonó el 'mea culpa' ante las cámaras y anunció para este lunes una reunión urgente del comité ejecutivo para «asumir todas las decisiones que haya que tomar». Sobre la mesa estará la convocatoria de un congreso extraordinario que tendrá que decidir el «nuevo rumbo» del partido. Pero Rivera se resiste a presentar su dimisión después de trece años al frente de Ciudadanos y echa la pelota hacia delante a la espera de ganar tiempo. «Quiero ser honrado y honesto -aseveró-. Lo que hoy hemos tenido es un mal resultado sin paliativos ni excusas».

La madrileña sede de Ventas fue la viva imagen de un funeral desde primera hora de la tarde. Ni rastro de los militantes que en abril abarrotaron el edificio y sus aledaños, ni del escenario que la formación naranja montó en el exterior para celebrar el despegue en las urnas. «Las encuestas no son buenas», reconoció Villegas, con gesto serio durante su comparecencia al cierre de los colegios electorales. La mano derecha de Rivera confío el último aliento al 20% de indecisos, según el CIS, que podrían amortiguar el golpe. Pero ni rastro de ellos.

Tras el batacazo histórico, Ciudadanos se queda con diez escaños y desaparece de la práctica totalidad del territorio nacional. El partido liberal, que el 28-A consiguió representación en todas las comunidades, a excepción del País Vasco, ahora solo lo ha hecho en Madrid (donde pasa de ocho a tres diputados), Cataluña (allí solo mantiene dos escaños por Barcelona), Andalucía (se queda con tres parlamentarios por Sevilla, Málaga y Cádiz) y la Comunidad Valenciana (donde obtiene dos diputados).

El pésimo resultado deja además fuera del Congreso a los principales colaboradores de Rivera. Además de Villegas, que no ha conseguido mantener su sillón por Almería, pierden sus escaños el secretario de Organización, Fran Hervías, el secretario de Acción Institucional, José María Espejo, el secretario general del grupo parlamentario, Miguel Gutiérrez, la portavoz adjunta en la Cámara baja, Melisa Rodríguez, o el exportavoz del Congreso, Juan Carlos Girauta.

Sí retienen su acta la exlíder del partido en Cataluña, Inés Arrimadas, el secretario de Comunicación, Fernando de Páramo, y el responsable económico del partido y fichaje estrella la pasada campaña, Marcos de Quinto. Entre los supervivientes además del propio Rivera están Sara Giménez, que conserva su escaño por Madrid, María del Carmen Martínez (Cádiz), Guillermo Díaz (Málaga), Pau Cambronero (Sevilla), Marta Martín (Alicante) y .María Muñoz (Valencia)

La errática estrategia de Ciudadanos, que primero se enrocó en el «no es no» a Pedro Sánchez para después levantar el veto con la repetición electoral ya en marcha, ha pasado factura a Rivera y a su círculo, que con este pobre resultado no podrán negociar ni a izquierda ni a derecha del tablero. Por más que lo intentaron los liberales no consiguieron convencer a su electorado, que se decantó finalmente por las papeletas del PP o de Vox, y que han llevado a la formación a la irrelevancia absoluta.