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El PP no es ajeno al repunte significativo de Vox en las encuestas y al estancamiento de sus propias expectativas de crecimiento. Y en ese contexto, los populares, que intentan exprimir al máximo un perfil institucional y moderado de su candidato, han endurecido este ... domingo su discurso a siete días de que se abran las urnas. Pablo Casado ha reprochado a Pedro Sánchez el hacer coincidir las elecciones con las protestas tras la sentencia del 'procés' por interés electoral y aun a sabiendas de la posible naturaleza de las mismas. «Él pensaba que le interesaba que hubiera violencia esos días y que por tanto él apareciera, cuando las encuestas las tenía en 150 escaños, como el de la porra, envuelto en la bandera», ha elevado el tono el líder de los conservadores.
Casado ha hecho, por extensión, responsable al presidente del Gobierno en funciones de los problemas de seguridad que puedan darse esta semana en Cataluña y en particular de aquellos derivados de las protestas por la asistencia mañana de los reyes a los Premios Princesa de Girona en Barcelona.
Además, ha asociado la supuesta inacción del Ejecutivo a una futura negociación de la investidura. «El que usted necesite 15 escaños de Esquerra, el que usted necesite que el PSC no pierda escaños, el que usted necesite que las Mareas, el Bloque o Compromís o Podemos, toda esa sopa de letras, le apoye, no merece la pena de tener que ver al jefe del Estado, al Rey de España con medidas de seguridad como si estuviera yendo a una zona de confrontación civil», ha cargado contra Sánchez.
La búsqueda de un cara a cara con el candidato socialista no es nueva, ha sido la tónica de los primeras jornadas de campaña. Pero sí lo es la intensidad de los reproches. Casado, que había templado el tono, ha recurrido al discurso más emocional del PP en esta campaña: «Es que yo soy padre de dos hijos, es que a mí me gusta España, es que yo amo a España, es que yo no puedo aguantar más con un Gobierno que claramente, de forma ostentosa y soez, está plegándose a lo que le piden los nacionalistas».
El candidato del PP ha exigido a Sánchez «libertad y Constitución en Cataluña» o, de lo contrario, se ha ofrecido como garante del «orden» a partir del 10 de noviembre. El voto lo ha pedido, precisamente, por «la dignidad de las futuras generaciones».
El ministro de Fomento en funciones, el socialista José Luis Ábalos, ha comparado al líder del PP, Pablo Casado, con el personaje de «doctor Jekyll y Mr. Hyde» -con dos personalidades opuestas- y ha exclamado: «No queremos a un presidente con un trastorno de personalidad», informa EFE.
En un acto de campaña del PSC en Sant Joan Despí (Barcelona), Ábalos ha puesto de relieve el giro «moderado» de Casado en «estas dos semanas» tras meses de discurso duro contra el Gobierno que encabeza Pedro Sánchez.
El secretario de organización del PSOE ha ironizado sobre este cambio imprimido por Casado, de quien ha dicho que en los momentos de «euforia» se pone «hiperactivo y bravo», pero después entra en «otra fase» en la que queda «inactivo».
«No acabo de entender eso de 'yo no soy ese al que ustedes vieron, yo soy más moderado'», ha continuado, imitando al líder de los populares, tras lo cual ha sentenciado que España necesita a «alguien con una personalidad más firme y continuada».
Pese a este giro de Casado hacia un discurso moderado, Ábalos ha alertado de que, si puede, el PP sumará «con los franquistas», «los que siguen hablando bien de la dictadura y mal de la democracia», en alusión a Vox.
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