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Los nueve candidatos de los principales partidos españoles a las elecciones europeas del 9-J, que participaron este jueves en el debate de RTVE. E. P.
El pulso PSOE-PP se diluye en un debate disperso que se caldea con la inmigración

El pulso PSOE-PP se diluye en un debate disperso que se caldea con la inmigración

Ribera concentra las críticas, Montserrat y Buxadé entran al cuerpo a cuerpo por el electorado de la derecha y Montero ejerce de azote del Gobierno

Viernes, 7 de junio 2024, 00:12

Los candidatos de las nueve formaciones que aspiran a revalidar sus escaños en el Parlamento Europeo el 9-J se midieron este jueves por la noche, coincidiendo con el 80º aniversario del Desembarco de Normandía, en el Día D. El debate en el que todos defendieron la importancia de los asuntos europeos, pero acabaron enredándose en reproches sobre la polarizada política nacional ante la cada vez más cercana cita electoral de este domingo.

La número uno de los socialistas, Teresa Ribera, se convirtió en el centro de las críticas a izquierda y derecha mientras que Dolors Montserrat y Jorge Buxadé pugnaron por capitalizar el voto ante el acentuado viraje a la derecha en la Eurocámara que se prevé para la nueva legislatura. Irene Montero, cabeza de lista de Podemos, se erigió en oposición al Gobierno del que formó parte izando la bandera por Palestina y el feminismo y desdibujó a la representante de Sumar, Estrella Galán, mientras que el resto de formaciones trató de marcar perfil propio con contados cara a cara.

El asunto migratorio se convirtió en el principal muro de contención entre los postulados de Vox y el resto de candidatos, además del resquicio que encontró Ribera para atacar al PP. «Sus pactos con Vox les acaba convirtiendo en esa ultraderecha», espetó.

Buxadé concentró las críticas de las candidatas de la izquierda con Montero a la cabeza, que le tacharon de «racista» y «xenófobo» por vincular la inmigración ilegal con la delincuencia. El candidato de Vox culpó a Montero de «dejar en la calle a violadores». La acogida de inmigrantes también provocó un encontronazo entre Junts y ERC después de que Sarri afirmarse que Europa tiene que repartir mejor la carga de los migrantes y que Cataluña debe ejercer las «competencias de un Estado en materia de inmigración».

«Ser racista es muy caro», le reprochó la republicana Diana Riba. Jordi Cañas, que libraba la batalla final de Ciudadanos, defendió que Europa tiene que comprometerse a blindar las fronteras frente a la inmigración irregular», pero «hay que dar un cauce a la inmigración regular, porque Europa necesita inmigrantes».

La amnistía, presente

Contra todo pronóstico, las cuestiones nacionales quedaron diluidas aunque la amnistía estuvo presente en la primera parte del debate. Montserrat atacó a Ribera acusándola de negociar con los prófugos de Junts o con ERC «sin pinganillos» y presentó al PP como salvaguarda del Estado de derecho. Galán, por su parte, invitó al PSOE a ser «zurdos en el BOE» y Buxadé llamó a un «voto patriota muy fuerte» para que el líder de Junts sea juzgado por tribunales españoles» tras mostrar una imagen del «casoplón» de Carles Puigdemont en Bruselas. Comentario que le valió la acusación de «franquista» por parte de Junts.

Paradójicamente la que más se refirió a la causa contra la esposa del presidente del Gobierno fue Ribera. La todavía ministra pidió a Montserrat una disculpa a la Guardia Civil tras acusar a Alberto Núñez Feijóo de cuestionar el informe de la UCO que no ha encontrado indicios de tráfico de influencias en la actuación de Begoña Gómez.

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