Las elecciones de 2016 las ganó por sorpresa Donald Trump porque las encuestas no habían detectado a muchos votantes suyos que preferían no confesar esta preferencia. Elegían al candidato republicano a pesar de su personalidad y de sus transgresiones, como reacción a una cierta arrogancia ... demócrata, sobre todo en temas sociales y culturales. Consideraban a Barack Obama un presidente post-moderno, ajeno a los valores familiares tradicionales. En los comicios de 2020 puede pasar justo lo contrario. Habría personas que se inclinarían por el ticket Biden-Harris por un hartazgo hacia la convulsa era Trump, basada en el desprecio a la moderación y la civilidad. Pero no estarían revelando su voto a los encuestadores, por lo menos hasta hace unos días.
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Muchos de estos votantes demócratas tímidos serían mayores y jubilados. La irresponsabilidad con la que el presidente aborda su propio contagio de coronavirus y quita importancia a la pandemia estaría contribuyendo a ampliar esta decisiva bolsa de votantes. Los demócratas han aprendido a presentar un frente moderado, por mucho ruido que la izquierda del partido haya hecho durante las primarias, con sus tics identitarios y sus propuestas escandinavas de gasto, regulación y fiscalidad. Biden es consciente de que su fortaleza no reside en representar una ideología, sino en conectar con el americano medio. Es la misma estrategia de F. D. Roosevelt o de Ronald Reagan, que consiguieron hablar a todos los ciudadanos, con independencia de a quien hubiesen votado la última vez. El nivel de energía de Biden es mucho menor que el de estos dos presidentes. Más que en ganar el 3 de noviembre, confía en que Trump pierda. Trata sobre todo de no cometer errores.
El debate entre candidatos a vicepresidente ha pasado sin pena ni gloria, da igual que Pence o Harris puedan ocupar el puesto de presidente en poco tiempo. La antigua fiscal general de California ha elegido no mostrar su cara más agresiva como buena abogada de litigios y ha rebajado el tono. Mike Pence ha aprovechado bien la ocasión para hablar de su credo conservador con buena educación, un buen lanzamiento de su candidatura presidencial en 2024.
José M. de Areilza es doctor en Derecho por la Universidad de Harvard, Secretario General de Aspen Institute España, miembro del Colegio de Abogados de Nueva York y profesor de ESADE.
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