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Dos mitades tercamente escindidas

Dos mitades tercamente escindidas

Miércoles, 4 de noviembre 2020, 08:26

El recuento electoral prosigue en una noche más emocionante de lo que se esperaba. De nuevo, las encuestas fallan: estas elecciones no son una repetición de 2016, pero mucho de lo ocurre evoca la gran sorpresa que dio hace cuatro años Donald Trump. El candidato ... republicano ha terminado la campaña con mucha fuerza y esta energía desbordante le ha permitido ganar entre otros territorios Florida.

La jugada crucial de Trump es quedarse también con los Estados del cinturón de óxido (Michigan y Wisconsin), la llave de emergencia que tiene Joe Biden para lograr finalmente una victoria ajustada. El demócrata se ha defendido del empuje republicano con una conquista providencial en el sur, Arizona, y mantiene la fe en su Pensilvania natal, el último en contar los votos por correo. Lo preocupante de los resultados preliminares es que dibujan la foto de un país tercamente partido en dos, en el que apenas hay trasvases en el voto. En estas mitades habitan bloques de ciudadanos que se mantienen fieles contra viento y marea a las ideas de un partido. Trump echa gasolina a este fuego con un discurso populista bien ensayado, pero no creado el problema. Como ha advertido Elliot Gerson, vicepresidente de The Aspen Institute, la amenaza que pesa sobre la democracia americana es el faccionalismo, el hecho de vivir en universos paralelos, sin diálogo, y que un votante demócrata no conozca a ninguno que sea republicano y viceversa.

La pandemia sin control y la huella profunda de la crisis económica no han servido para unir a la sociedad ante amenazas comunes, sino que la han dividido aún más. Joe Biden se presenta aún como el candidato capaz de sumar. Donald Trump ya sugiere fraude si no gana y es fácil anticipar cómo sería su siguiente mandato. Las causas de esta escisión nacional tan preocupante hay que buscarlas en la desigualdad económica, el desprecio de las elites en las costas a los ciudadanos de la América profunda y la demagogia con la que Trump proyecta a los suyos contra el símbolo de Washington. Mientras el mapa se tiñe de estados rojos y azules, nadie sabe cuando se renovará la promesa del nacimiento de los Estados Unidos: we, the people.

José M. de Areilza es doctor en Derecho por la Universidad de Harvard, Secretario General de Aspen Institute España, miembro del Colegio de Abogados de Nueva York y profesor de ESADE.

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