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Cristian Reino
Barcelona
Sábado, 2 de diciembre 2017, 14:15
Las encuestas son muy desfavorables para el PP de Cataluña, que corre el riesgo de quedar en una situación de irrelevancia. A dos días para el inicio de la campaña electoral del 21-D, Mariano Rajoy viajó ayer a Cataluña para dar un empujón a ... la candidatura 'popular', que no consigue revertir la fuerza que ha adquirido Ciudadanos como referente del constitucionalismo en la comunidad catalana.
Ciudadanos se ha erigido en el voto útil del españolismo y al PSC, y sobre todo al PP, les va a costar romper con esa dinámica. Rajoy trató ayer de empezar a girar esa tendencia y, con una doble visita a las localidades barcelonesas de Castelldefels y Mataró, presentó al PP como un «valor seguro» y como la formación que ha conseguido situar a Cataluña en la senda de una cierta normalidad institucional, a través de la aplicación del artículo 155.
El partido del orden y el que ha devuelto a la legalidad a la política catalana, tras los excesos del soberanismo, esa es la tarjeta de visita que hacen los 'populares'. «Las cosas están mejor en Cataluña», afirmó el presidente del Gobierno en un acto con militantes de Mataró, localidad del Maresme gobernada por los socialistas.
El caso es que las bases del PP siempre se ha sentido algo abandonada por sus líderes nacionales, pues veían que no eran del todo contundentes en la batalla contra el secesionismo. Ocurrió tras el 9-N, cuando en una reunión del PP catalán, a la que asistió Rajoy, la cúpula catalana pidió ayuda al presidente del Gobierno, al sentirse «huérfanos».
La respuesta a esa vieja aspiración de los militantes del centro-derecha catalanes ha llegado ahora vía 155. Rajoy hizo ayer bandera del artículo de la Constitución, sacó pecho por haber sido el primer dirigente que lo aplica y se felicitó por los resultados obtenidos, un mes después de su puesta en marcha. «La solución a la deriva independentista empezó con la activación del 155», aseguró el presidente del Gobierno. Se trata de un mecanismo que ha permitido empezar a recuperar la normalidad y ha servido, añadió, para hacer frente «a la enorme crisis y el caos».
Rajoy, que regresará a Cataluña los próximos 8 y 17 de diciembre, ya en plena campaña, exhibió un cierto triunfalismo y dio por «acabado» el «cuento independentista», una frase que los suyos llevan tiempo esperando, pero no acaban de verlo, a pesar de que desde el Gobierno han dado por muerto el proceso unas cuantas veces y éste ha conseguido rehacerse en sucesivas ocasiones.
Los comicios -convocados por él mismo- «deben abrir un nuevo futuro, porque el cuento de la independencia ya no da más de sí, nadie lo apoya en ninguna parte», afirmó Rajoy. El presidente del Gobierno dio un paseo por Castelldefels, donde el PP gobernaba en la pasada legislatura, y al mediodía se desplazó a Mataró a reunirse con los suyos. Les trasladó que estas elecciones deben servir para «romper el ensimismamiento, abrir ventanas y dejar que corra el aire: ya es hora de que en Cataluña se hable de cosas distintas al proceso», dijo. «Son comicios para cerrar heridas y empezar a reconstruir todo lo que se ha roto en cinco años», remató.
El PP se presenta como el partido que puede recuperar la normalidad institucional en Cataluña, generar tranquilidad, procurar la convivencia y acabar con las tensiones. «Lo mejor que le puede pasar a Cataluña es que sigamos por el camino que nos ha señalado el 155», afirmó el candidato 'popular', Xavier García Albiol, que en este punto acepta el envite que lanza Junts per Catalunya de plantear las elecciones como un plebiscito entre Rajoy y Puigdemont y como un plebiscito contra el 155.
Y en eso el PP se erige como el más firme defensor del polémico artículo de la Carta Magna. «Ha permitido haber devuelto la normalidad a Cataluña», mientras «otros partidos como Ciudadanos y PSC, en septiembre no tenían claro aplicarlo», aseguró Albiol. A su juicio, la intervención de la autonomía ha tenido un «efecto tranquilizador», porque «ha permitido mandar a Puigdemont y Junqueras a su casa, cerrar las embajadas y recuperar la confianza». «El día 21 vamos a llenar las urnas de votos en favor de la convivencia y la unidad de España», concluyó.
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