Las elecciones más peculiares

La crisis de los presupuestos, que no llegaron a aprobarse porque el PP no alcanzó un acuerdo con Por Ávila, que tenía el escaño decisivo y que gobierna la capital, puede hacer daño a los populares en un territorio habitualmente suyo. Por Ávila, formado a partir de una escisión del PP, cuenta con un argumento poderoso, que se han convocado las elecciones para no aprobar partidas que, en algunos casos, llevaban décadas en el cajón de promesas pendientes. El PP, que obtuvo con holgura cinco de los siete escaños desde 1995, empezó a ceder protagonismo en 2015, cuando Ciudadanos le arrebató uno. La escisión de Por Ávila le quitó otro en 2019 y le dejó en 3, su peor resultado. El PSOE sigue anclado en sus 2, incapaz de sumar otro, pero confía en que otras opciones sigan restando fuerza a los populares.

Es uno de los pocos lugares en los que Ciudadanos cree posible alcanzar un escaño. Tiene un teniente de alcalde en el Ayuntamiento de la capital, Vicente Marañón, que gobierna con un socialista, Daniel de la Rosa, y a un vicepresidente de la Diputación, Lorenzo Rodríguez, con un popular, César Rico. Vox y Podemos, los dos extremos del arco, tienen fuerza. Sus candidatos, sin embargo, acogen paradojas. En Vox, el burgalés Juan Ignacio García-Gallardo Frings se presentará por Valladolid para asegurar el escaño, pese a que afirman aspirar a 2 en los lugares con más procuradores en liza. Y en Unidas Podemos, Juan Gascón, líder de IU, será el número 1 pese a residir en Palencia. El PSOE cuenta con la fuerza de la Alcaldía de la capital y de Miranda de Ebro para intentar mantener el vuelco de 2019: del 5-3 para el PP en 2015 a un 3-5 para el PSOE.

El 60% de participación en 2019. El 59% en 2015. Con el sentimiento leonesista al alza, impulsado incluso por el alcalde socialista de la capital, José Antonio Díez, se reparten 13 procuradores que pueden decidirse en muy pocos votos. Unión del Pueblo Leonés (UPL) aspira a obtener al menos 2 procuradores en lugar de uno. Su techo histórico es 3. Pablo Fernández, líder de Podemos, se presentará por Valladolid después de que en 2019 le hiciera falta un recuento en unas mesas erróneas para poder conseguir su escaño. El PSOE cuenta con las bazas de las alcaldías, una vez más, en este caso de León y de Ponferrada. Y con los guiños de su líder, Luis Tudanca, a la descentralización de las instituciones. «¿Por qué no puede haber una consejería de la Junta en León?», se preguntaba días atrás. El PP, con el consejero Juan Carlos Suárez-Quiñones como líder de la lista, se ha movido históricamente en torno a los 6 escaños de los 13 en liza. A la desmotivación habitual en unas elecciones autonómicas se le suma que León es la provincia más perjudicada por la reducción de las mesas electorales. Cuenta con 1.226 entidades locales menores de las 2.208 que hay.

Cuatro escaños para el PP y 3 para el PSOE. Ese ha sido el reparto habitual en Palencia, donde esta vez habrá novedades con la inclusión en las papeletas de España Vaciada y de alguna otra plataforma que ha querido sacar rédito de los apellidos ligados a la despoblación. Lo que puedan obtener estos aspirantes inéditos es lo único que puede alterar un panorama muy consolidado. La distribución usual solo se trastocó un poco con la entrada del multipartidismo. Podemos le arrebató un escaño al PSOE en 2015, cuando el PPmantuvo sus 4. Y Ciudadanos se lo quitó al PP en 2019, pero el PSOE recobró sus 3.

Alfonso Fernández Mañueco se dejó en Salamanca tres escaños en 2019. Muy doloroso para quien ha sido alcalde de la capital y tiene allí su feudo. Habituado a sumar 7, la irrupción de Ciudadanos, con una base fuerte de las candidaturas en Salamanca, le birló un procurador en 2015 y dos en 2019. El otro se lo quitó la despoblación. La provincia pasó de 11 representantes a 10. La mala imagen del partido en Salamanca, con el presidente provincial investigado en la causa de las primarias que auparon al hoy presidente de la Junta, se ha convertido en 'casus belli' para los socialistas. A cambio, Ciudadanos ha perdido fuerza y todo apunta a que desaparecerá en este territorio. El PP confía en que será en su beneficio.

Clara Luquero, alcaldesa socialista de la capital, está casi de salida. Pablo Pérez, candidato del PP al Ayuntamiento, asegura que las encuestas y las sensaciones le sitúan como favorito a la Alcaldía para 2023. Otra baza para el resurgimiento que el PP anhela desde hace tiempo. Es otra de las provincias que perdieron un escaño por la despoblación y solo repartirá 6. Ciudadanos rascó un procurador en 2019 pero ahora no entra en los cálculos. Salvo que la participación sea muy baja –y fue del 71% en las anteriores elecciones– es muy complicado que los restos de los dos grandes partidos se dejen superar por otras alternativas. Además de Cs, Podemos lo consiguió en 2015, con 7 puestos en liza.

Soria Ya no es una plataforma vacía, sino llena de una trayectoria reivindicativa. Ha crecido con el descontento de los ciudadanos sorianos, aupada por la falta de inversiones y recursos en la provincia, y tiene como ejemplo a Teruel Existe y su papel en el Congreso de los Diputados. Algunos sondeos les conceden 1 e incluso opciones de 2 escaños. Una barbaridad, si se tiene en cuenta que solo hay cinco puestos disponibles.

Con 15 puestos como recompensa, es el territorio en el que los partidos minoritarios aspiran a la sorpresa. Unidas Podemos ha colocado allí a Pablo Fernández, pero arropado en el número 2 por María Sánchez, de Izquierda Unida y concejal de Gobierno de la capital en los dos últimos mandatos, con mucha presencia en medidas clave como la remunicipalización del servicio de agua. Francisco Igea, el ex vicepresidente de la Junta (Ciudadanos), asegura que tienen garantizado un procurador. Obtener grupo propio en las Cortes de Castilla y León se antoja casi una utopía para los naranjas, les harían falta cinco escaños. Sumar dos en Valladolid y arañar uno en Burgos, sin embargo, les permitiría seguir vivos, en espera de una resurrección electoral posterior, y dar guerra en el parlamento. El PP cuenta con dos obstáculos. El primero, ser oposición en el Ayuntamiento de la capital, zarandeado además por guerras internas y sin candidato definido para las municipales de 2023.El segundo, la amenaza de Vox. Los de Abascal creen seguros dos procuradores en Valladolid y pelearán por arrebatar alguno más a los populares. El PSOE tiene la baza del alcalde de la capital, Óscar Puente, que ya mantuvo duros debates con el tándem de Gobierno autonómico PP-Cs y sabe jugar en el barro preelectoral si Tudanca consigue activar a sus regidores a tiempo.

Territorio popular durante mucho tiempo, en 2019 sufrieron dos varapalos demoledores. Por un lado, empataron a 3 procuradores con el PSOE y el séptimo fue para Ciudadanos. Por otro, perdieron de nuevo la Alcaldía a la capital, con Izquierda Unida instalada en una mayoría absoluta. El PP ni siquiera fue capaz de ganar en las mesas electorales que tradicionalmente eran su espacio de seguridad, doblegados por un candidato de izquierdas, Francisco Guarido, que supo hacerse cercano a los ciudadanos en el mandato anterior. Vox, con la despoblación como arma, tratará de consolidarse en el terreno. Como ejemplo, la visita el verano pasado de Javier Ortega Smith, 'land rover' incluido, al embalse de Ricobayo, desecado por decisión de Iberdrola para producir electricidad.