Isabel Díaz Ayuso, en el centro, durante su paseo por Burgos rumbo al lugar del mitin. ICAL
Elecciones en Castilla y León

La derecha tira de sus líderes carismáticos para unificar el voto

Isabel Díaz Ayuso arropa a Mañueco en Burgos mientras Santiago Abascal reanuda su gira junto al candidato García-Gallardo

Antonio G. Encinas

Valladolid

Sábado, 5 de febrero 2022, 10:01

Llega media hora tarde, pero a Isabel Díaz Ayuso eso no le impide detenerse en mitad del pasillo de acceso al escenario para posar sonriente -con los ojos, que la mascarilla no deja ver más- para un 'selfi' improvisado con una mujer del público. Y ... sube al escenario, himno a tope de volumen y tatachán, y saluda, y lanza besos, y vuelve a saludar, y baja al patio de butacas hasta que llegue su turno. Cuando baja, entonces, es el momento de empezar el acto y presentar a «alguien tan importante para el PP de Castilla y León y de Burgos» como Juan Vicente Herrera. «Muchas gracias, Juanvi», dice la megafonía, pero Herrera no intervendrá. Lo hará Ayuso.

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Tampoco Santiago Abascal, a ochenta y cinco kilómetros de allí, llegó del todo puntual a la Plaza Mayor de Palencia. Frente a la sede de Vox, a doscientos metros del evento, una librería aprovecha el tirón para poner en el escaparate la biografía-conversación que le escribió Fernando Sánchez Dragó, 'España vertebrada', y el del propio líder de Vox, 'Yo no me rindo'. Desde las cinco están ya en la plaza los que forman parte de la caravana y los primeros curiosos. Otros se apostan en las terrazas con la bandera de España aún enrollada. Poco después, un vendedor ambulante pase ofreciendo «banderas, banderas de España», de buen tamaño, y gorras y bufandas y lo que haga falta. Intervendrá junto al jefe de filas el candidato Juan Ignacio García-Gallardo.

Pero sobre todo hablará Abascal

Los partidos del lado derecho del espectro electoral tiran de sus líderes carismáticos para intentar agrupar el voto. El fraccionamiento Cs-PP-Vox ya deparó disgustos importantes en 2019 y ahora, en 2022, vuelve a ser la gran amenaza. Lo que unos partidos resten en votos a los otros y no se convierta en escaños podría hacer que los restos del reparto, y la presumible abstención, cambie el escenario previsto.

En Vox están convencidos de que «habrá sorpresas» el 13-F. Que la tendencia del partido es hacia arriba mientras que la del PP apunta a decrecimiento. Y su cabeza de cartel no es Juan Ignacio García-Gallardo. Es la marca. O lo que es igual, Santiago Abascal y su núcleo duro, Iván Espinosa de los Monteros, Macarena Olona y Javier Ortega Smith, empadronados de facto en Castilla y León tras una precampaña que iniciaron en el último trimestre del año. El mensaje es simple y machacón. Ayer tocaba apoyo a la familia. «Ellos han elegido inmigración, nosotros natalidad. Que los niños que nacen aquí, vivan aquí», dijo Abascal.

Un hombre se hace un selfi con Santiago Abascal en Palencia. ICAL

En el PP hay nervios. Muchos escaños que se daban por ganados tradicionalmente están hoy en el aire. Especialmente por la amenaza de Vox. Así que buscan la figura que sea capaz de atraer el voto. Y esa, hoy, es Isabel Díaz Ayuso. «Votar a Feijóo en Galicia es lo mismo que votar a Isabel en Madrid o a Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León», insistió el consejero de Presidencia, Ángel Ibáñez. «Tenemos a Isabel, que es una amiga, que ha demostrado desde el minuto uno su apoyo y su cariño al PP de Castilla y León y a mi persona», añadió Mañueco. «El paseo que te has dado por el Espolón ha sido un auténtico torbellino», le decía a la invitada estrella. Pero eso ya lo sabía desde que Ayuso pasó por Salamanca en la Conferencia de Presidentes y eclipsó incluso a su jefe de filas, Pablo Casado.

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«Me decían que me parecía a Isabel Díaz Ayuso. ¡No me voy a parecer a Emiliano García Page!»

ALFONSO FERÁNDEZ MAÑUECO

Tal es el influjo de la presidenta madrileña que Mañueco se lanzó al anecdotario. «Me decían que me parecía a Isabel Díaz Ayuso. ¡No me voy a parecer a Emiliano García Page!». Y su modo de intentar conectar sus políticas con las de su compañera se combinó con el ataque contundente de Ángel Ibáñez a sus ex socios de Ciudadanos. «Era una formación que no ha dialogado con los profesionales y ha tenido que llegar un consejero del PP a decir que San Juan de Dios no se cierra, para decir que el centro de salud de García Lorca sigue adelante», decía. «Están persiguiendo a Alejandro Vázquez -consejero de Sanidad- porque dicen que se reúne con la gente, cómo no va a reunirse con el desaguisado que han dejado», dijo Ibáñez para justificar la reunión del consejero con el dueño de Ambuibérica, empresa que presumiblemente participará en el concurso del transporte sanitario, con ochocientos millones de euros en juego.

«Tenemos que unir al centro derecha en las urnas», avisó Mañueco.

Y salió Ayuso. «Le toca a Isabel», anunció su compañero. «¡Guapa, España está contigo!», espetó el espontáneo de turno en cuanto paró la música. «Vamos a ganar las elecciones y, aquí está la clave, lo vamos a hacer por absoluta. Vamos a por ello. Vengo de esta situación y he vivido algo muy similar», concedió la presidenta madrileña, aunque el relato de ambos comicios adelantados, Madrid y Castilla y León, no coincide demasiado.

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Ayuso tiró de los clichés del argumentario: los aliados «bilduetarras» de Sánchez, los independentistas como «corruptelas que pagamos a todos para que pongan a parir a España» y de los «comunistas». Y usó sus enfrentamientos con el Gobierno central durante la pandemia para hacer ver los vaivenes en la gestión. «¿Qué hemos aprendido de los socialistas? Que no hay socialista bueno».

«La unión del centro derecha es fundamental», insistió varias veces. «El 13 de febrero Castilla y León tiene su oportunidad y quiero pediros el voto y que sigamos haciendo frente al socialismo, al nacionalismo y a las políticas divisorias». Y salió entre selfis y aplausos.

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