José María Elena y María Isabel San Juan, cabezas de lista de Equo en Burgos

«Necesitamos empezar a diseñar una ciudad moderna, sostenible, saludable y resiliente no sólo para las actuales generaciones sino también para las próximas. Tenemos que construir el presente garantizando el futuro», han señalado los portavoces del partido Verde.

José María Elena Blanco será el cabeza visible de esta candidatura. Un candidato que militó durante dos décadas con el socialismo burgalés, desempeñando importantes responsabilidades orgánicas junto a Ángel Olivares. Desde corrientes críticas internas transitó, tras las políticas de Rodríguez Zapatero en 2010 (en respuesta a la crisis económica de entonces), hacia la Ecología política en la fundación del proyecto EQUO en 2011.

Actual coportavoz de la organización ecologista en Burgos desempeña también la responsabilidad de organización territorial en Verdes Equo Castilla y León.

José María Elena Blanco se tituló en Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad de Salamanca, especializándose en Psicología Clínica y en Psicología del trabajo y de las organizaciones. Máster en prevención de riesgos laborales en Seguridad en el trabajo. Ha desarrollado su actividad profesional como asesor técnico del Consejo General de la Psicología en España y trabajó también en el Centro de Referencia Estatal de Atención a Personas con Enfermedades Raras y sus Familias (CREER), ubicado en Burgos.

Tras él le acompañará en la candidatura María Isabel San Juan, empleada pública en el área de Informática con una dilatada carrera profesional. Ejerce la co-portavocía de los Verdes Equo en Burgos y colabora con ONGs y otros proyectos asociativos.

Conscientes de la magnitud del reto y de las dificultades del sistema electoral, «trataremos de concienciar a la opinión pública burgalesa de la necesidad de situar las 'políticas verdes' en el centro de las decisiones del Ayuntamiento de Burgos», señala.

«Burgos no va a detener el cambio climático, pero tenemos que hacer en el contexto local la parte que nos corresponde. Por eso los y las ecologistas decimos que hay que pensar globalmente y actuar localmente. La situación es preocupante, pero aún estamos a tiempo. Hay esperanza», concluye, .