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El PSOE se niega a ver en los resultados electorales de Andalucía un aviso a navegantes. En la ejecutiva federal se respiraba este lunes, según varios de sus asistentes, «tristeza» e incluso un cierto ambiente de «luto», especialmente entre los dirigentes andaluces. El propio ... Pedro Sánchez, poco dado al abatimiento, se mostró, de acuerdo con fuentes de la reunión, «afectado» por la derrota sin paliativos de un candidato, Juan Espadas, que él mismo ayudo a impulsar hace un año frente a Susana Díaz en el histórico bastión socialista. Pero nadie reconoce que esos sentimientos vayan acompañados de «preocupación» por el futuro electoral más próximo.
Los socialistas se apresuraron este lunes a encapsular dentro del territorio andaluz una debacle con un enorme simbolismo. Cuando en 2018, tras 37 años de Gobierno, perdieron la Junta a manos de una coaliciónde PP y Cs con el apoyo externo de Vox lo hicieron con su peor resultado -algo más de un millón de votos, un 27'9% del total y 33 escaños- pero conservando aún la primera posición. Su esperanza era entonces que conseguirían lo que antes habían logrado Guillermo Fernández Vara en Extremadura o Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha: convertir el Ejecutivo popular en un mero paréntesis en la historia de la comunidad. Lejos de lograrlo, el suelo de la federación sobre la que el PSOE ha cimentado tradicionalmente sus victorias en las generales, se desplomó el domingo hasta los 883.707 votos, un 24% del total y 30 escaños. Y Juanma Moreno alcanzó una sólida mayoría absoluta.
De que al asunto se le concede importancia da cuenta el hecho de que en Ferraz se celebró una de las ejecutivas más largas de los últimos tiempos. Fueron varias las voces que hablaron de la necesidad de abrir una «reflexión» para entender lo que ha pasado. Algunas desde fuera de la Ejecutiva, como las de los presidentes de Aragón, Javier Lambán, y Asturias, Adrián Barbón. Ahora bien, nadie concede abiertamente que quepa hacer extrapolación alguna de los datos. «Lo único extrapolable -resume un dirigente- es la fusión por absorción del PP a Ciudadanos».
Felipe Sicilia - Portavoz del PSOE. «No ha habido trasvase sino una abstenciónclara, y el trabajo seriode Espadas nos llevará a recuperar el Gobierno»
Javier Lambán - Presidente de Aragón. «El resultado ha sidotan contundente,en una comunidad tan importante, que merece una reflexión profunda»
El propio Sánchez desdeñó el análisis popular de que el cambio de ciclo está en marcha y alejó cualquier posibilidad de adelanto electoral. «Ha venido a decir que el Gobierno está fuerte, sólido, que hay legislatura hasta el final y que lo que toca ahora es demostrar que estamos preocupados por lo que inquieta a la ciudadanía, que es ir solventando los problemas de esta crisis provocada por la guerra de Ucrania», resumió el portavoz de la dirección, Felipe Sicilia.
Algunos dirigentes admiten que Juanma Moreno hizo una campaña inteligente, de perfil bajo, y que supo ocupar la centralidad. Sin embargo, se resisten a dar por bueno que, como señalaban las encuestas previas a los comicios, CIS incluido, con su estrategia haya sido capaz de atraer voto socialista para frenar a Vox. Ni les resulta significativo que el líder popular obtuviera el domingo en torno a 172.00 votos más de lo que logró junto a Ciudadanos en 2018, y con la ultraderecha creciendo aunque sea de manera limitada. En el partido apuntan a los nuevos votantes como razón de ese incremento extra. «No ha habido trasvase, ha habido -insistió Sicilia- una abstención clara de nuestros votantes».
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Del porqué de esa desmovilización poco se explica, pero en la dirección del PSOE se aferran a ella con la esperanza de que será reversible. Y, además, sostienen que será el mismo candidato, Juan Espadas, el que lo hará posible. Porque esa fue otra de las claves del encuentro de este lunes: la escenificación de un cierre de filas con el secretario general del PSOE-A para evitar cualquier tentación de reabrir una batalla orgánica a las puertas de un nuevo año electoral. La tesis oficialista es que Espadas es un magnífico aspirante al que faltó tiempo para asentar su proyecto por un torticero adelanto electoral.
En el reparto de culpas, Sicilia también apuntó a la división entre Por Andalucía (la colición de IU y Podemos con la que se volcó Yolanda Díaz) y Adelante Andalucía (el partido de Teresa Rodríguez). Alegó que muchos de sus votos no se convirtieron en escaños, lo que aumentó la victoria del PP. Este factor sí preocupa a los socialistas.La desaparición de Podemos de parlamentos como el extremeño en 2023 obligaría al PSOE a obtener una difícil mayoría absoluta para seguir gobernando. Y Sánchez ya ha admitido que necesita que ese espacio esté fuerte para continuar en la Moncloa.
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