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Julio César Rico
Burgos
Jueves, 30 de junio 2022, 07:39
Los seguidores del programa Cuarto Milenio se sorprendieron por la inusual forma que tuvo Iker Jiménez de empezar el último programa. Y precisamente, por inusual, por diferente o por volver a su esencia, ha impactado en el espectador.
Y por la temática y el lugar. Vuelven los fantasmas, las ensotanadas, el misterio en primera persona. Y eso gusta al espectador. Y vuelve uno de los espacios más misteriosos de la ya amplia historia de lo paranormal en España. Vuelve el Condado de Treviño. Y vuelve el Iker de la juventud, casi de la infancia; porque este vitoriano, casi universal, correteó por este terruño mitad burgalés, mitad alavés, que es el arcano Condado de Treviño.
Y por la historia. Uno de esos sucesos que no por conocidos sigue impactando; e impacta en quien lo experimenta; en quien lo revive; y en quien lo ve por primera vez. Quien contempla un fenómeno de este calibre y lo relata con pelos y señales, no miente. La persona queda afectada porque lo que ha visto se sale de la lógica.
El caso se resume en pocas palabras. Un motorista que circulaba por el puerto de Vitoria, Condado de Treviño, en Burgos, ve de repente en una vaguada la figura enjunta y alta, inmóvil, de una mujer de pelo largo, cara descubierta y de una palidez lunar; una ensotanada blanca que le susurraba: «Hoy no vas a llegar a casa», al tiempo que se giraba según avanzaba el motorista en la oscuridad de la noche.
Y allí que se fue Iker con otro amigo de juventud en el mundo del misterio, Enrique Echazarra, un experto en este tipo de apariciones, a investigar este caso tan especial. El relator explica que la figura alargada se le que quedó mirando, él frenó su moto y de esta manera evitó que un corzo, que cruzaba la carretera, se estampara de manera literal contra él y su vehículo, tal y como explica.
Iker Jimenez recordaba que el hombre estaba «francamente asustado y no me cabe la menor duda de su honradez», manifestaba el director del programa Cuarto Milenio. Enrique Echazarra se sumó también a la investigación. El experto apostillaba que lo que más llamativo es el miedo generado en el protagonista de la historia a volver al lugar de los hechos. Un experiencia así impacta mucho.
El lugar de la aparición de la ensotanada del puerto de Vitoria está tan cerca del enclave de Ochate que hace que la sugestión sea doble. No por conocida, la historia de Ochate sigue sorprendiendo. Y eso es bueno porque de esta manera se mantiene viva la llama de la investigación.
Pero Treviño es mucho más. Tanto los investigadores de este tipo de fenómenos, como las personas interesadas en temas parapsicológicos o de misterio, siempre vuelven al origen. Y ese origen, en el norte de España, está entre un triángulo que tiene sus vértices en el Condado de Treviño, en el norte de Burgos, entre San Zadornil y Tobalina y en el Páramo de Masa, lugar éste de apariciones de naves supuestamente extraterrestres.
El Condado de Treviño, quizá por la propia orografía y la etnografía del lugar, es un enclave mistérico para unos, terrible para otros; en todo caso es apasionante para los curiosos.
Por aportar un dato más que envuelve y da más certeza a estas dos características, en el mundo existe un centenar aproximadamente de casos de una enfermedad que se conoce como insomnio familiar letal. De ellos, cuarenta se dan en España y de ellos la mitad están en el Condado de Treviño. Esta historia se la contaremos en otra entrega.
Enrique Echazarra, en una entrevista que mantuve con él en el programa 'La puerta del frío', en noviembre de 2018, recordaba un suceso muy similar; era en un paraje muy parecido y en territorio de frontera de nuevo, entre Álava y Burgos, en la Jurisdicción de San Zadornil, al lado de Valpuesta, cuna del castellano.
En aquella ocasión, dos biólogos que estaban haciendo un censo de rapaces nocturnas para la Junta de Castilla y León, se encontraron, como relata Echazarra «con una ensotanada en el camino». Ellos avanzaban con su vehículo «y la vieron en un lado» de la carretera. Esa figura, de repente, desapareció y volvió a aparecer en el camino unos kilómetros más adelante.
Se trataba, como en el reciente caso de la mujer aparecida en el Condado de Treviño, de una mujer vestida de blanco desde los hombros hasta los supuestos pies, pues no se veían; con cabello largo, estática.
Si en el caso de Treviño, la ensotanada lanza un mensaje verbal al motorista, quizá en forma de advertencia y que supuestamente le salva la vida, en el caso de San Zadornil, la mujer desaparece y en un lapso de tiempo corto y una distancia muy extensa, se les vuelve a aparecer a los dos biólogos.
En este enlace se puede escuchar el fragmento de la entrevista mantenida en noviembre de 2018 en el programa la Puerta del Frío.
https://www.ivoox.com/ensotanada-san-zadornil-audios-mp3_rf_88521073_1.html
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