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Puente Malatos que unía el hospital de leprosos y Huelgas JCR
Burgos Misteriosa

El barrio maldito de Burgos

El principal miedo al que se enfrenta la humanidad no es la muerte, es la enfermedad. A lo largo de los siglos se ha intentado apartar a los enfermos contagiosos creando guetos en los que apartarlos. Son los malatos, leprosos y personas que sufrían otros males que en Burgos tienen su recuerdo en el puente Malatos

Sábado, 25 de enero 2025, 09:30

La lepra, la peste, la sarna -en el pasado-, la gripe española, la tuberculosis, el Covid 19, el Sida -en la actual- han sido epidemias o pandemias que han acechado a la población, pero sobre todo la han atemorizado. Las comunidades han apartado por miedo a los enfermos, los han recluido en lugares lejanos a las ciudades. Lo mejor, creían, era tenerlos lejos para no contagiarse de esa enfermedad.

Así ocurrió en Burgos durante muchos siglos. El Camino de Santiago era una entrada sin control de enfermedades contagiosas. Ya desde 1165, había lugares específicos para apartar de la vida social a los apestados. En el Archivo de la Catedral existe un documento de ese año por el que se hace una donación de tierras al hospital de San Lázaro, en el barrio de San Pedro. Se ubicaría en un lugar cercano a las primeras casas más cercanas al puente. Es incluso anterior a la fundación del cercano Monasterio de Las Huelgas Reales.

Muchos enfermos peregrinaban a Compostela para redimir sus pecados. Otros muchos para lograr la sanación. Así, nacen los primeros hospitales del Camino. Sanadores se encargaban de la cura de las enfermedades; del cuerpo y del espíritu. Los leprosos eran los más temidos. Hoy sólo nombrar a los malatos da pavor.

El barrio de San Pedro de la Fuente se convirtió de esa manera en un barrio maldito. Allí dejaban morir en la vida civil a los leprosos «Sic mortuus, Vivus iterum Deo («Estás muerto para el mundo, volverás a vivir con Dios»), les decían a los leprosos cuando los separaban de la sociedad.

La lepra era, decían los clérigos era la consecuencia del castigo divino por las ofensas de que la padecía o, también, «siguiendo el famoso pasaje de Lázaro, como una especie de purgatorio en vida, un instrumento doloroso pero eficaz para purificar el cuerpo de los pecados», como dice Raquel Martínez Peñín, de la Universidad de León, en su tesis 'Enfermedad y marginación en el León medieval y moderno'.

La misma autora apunta que la caridad hacia el leproso «podía servir al que la ejercía como vía de expiación, atendiendo al esfuerzo que suponía ante el temor al contagio y a la repugnancia que conllevaba la proximidad con estos enfermos». Muchas leproserías tienen a San Lázaro como protector. El culto a San Lázaro procede del sur de Francia y la Borgoña.

El aislamiento del leproso llevaba un riguroso ritual con una la misa 'pro infirmis', que se celebraba en la leprosería el domingo siguiente a la declaración del caso. A la puerta del recinto se colocaba una inscripción «O Cruz, Ave, ¡Spes Unica! («¡Oh Cruz, yo te saludo, ¡única esperanza!»)», y una cruz.

Muy a las afueras de la ciudad quedaban estos proscritos a los que no les quedaba más que malvivir antes de morir. Cuando la comunidad burgalesa empieza a crecer, debido al florecimiento de las Huelgas Reales y sus comunidades adyacentes, se construyó un puente vedado, cerrado, que salvaba el paso del Arlanzón para acceder hasta el Hospital de San Lázaro.

El puente de los Malatos (de los leprosos) fue una construcción realizada, según los datos históricos de la ciudad, en tiempos de Alfonso VIII, quien se dice que lo mandó levantar en 1198 para unir la ciudad con las el Monasterio de las Huelgas y el Hospital del Rey.

Hospitales

Ismael García Rámila investigó para el Boletín de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Burgos los 'Libros burgaleses de memorias y noticias' contadas por Marcos Palomar el origen de los malatos. Asegura que el Hospital de San Lázaro de los Malatos (de donde vino el nombre del puente) estaba la entrada del barrio de San Pedro, y aún hoy se conservan algunos restos de la vieja casa. Pero hacia 1829, dice que este Hospital ya no existe.

En Burgos existieron varios hospitales, como «San Lázaro, para leprosos o malatos. Fue muy protegido por Alfonso VIII». El de «San Miguel, para ciegos incurables»; el hospital de Santa Lucía, el de San Llorente o San Lorenzo el Viejo. El de Santa Ana, que estuvo sito en las proximidades de la parroquial de San Cosme y que fue su fundador espléndido el mercader Mateo del Barrio; posteriormente corrió su administración a cargo del cabildo parroquial de dicha iglesia. El hospital «del Emperador, para recoger peregrinos, estuvo dirigido por religiosas. Posteriormente, en 1665 fue transformado en Monasterio de monjas benedictinas, por el arzobispo Enrique de Peralta y Cárdenas. Finalmente, y tomo el más antiguo de que hay noticia histórica, un primer Hospital de San Juan».

Hace cuatro años, una información de la BBC nos descubría que peses a que la lepra es una enfermedad que ha afectado a la humanidad durante miles de años, pero sigue produciendo enfermos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informaba que en 2019, se detectaron un total de 202.185 nuevos casos de lepra o enfermedad de Hansen en 120 países del mundo.

El agente causal de la lepra es el Mycobacterium leprae, o bacilo de Hansen. Las primeras referencias de 5.000 años antes de Cristo, en Egipto, de China y de India, Llegó a España en tiempos de los fenicios y se difundió por Europa a partir del siglo VI y, especialmente, después de las Cruzadas.

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