¿Vas a alquilar tu casa en Burgos? Estos consejos te ayudarán a evitar sorpresas

Según el informe de precios de alquiler de marzo de pisos.com, la provincia de Burgos experimentó una subida en sus rentas del 18,45% con respecto al año pasado, liderando los repuntes en la región y arrojando también el cuarto repunte más abultado del país. La capital también subió, pero de una forma más moderada, un 2,93%. El precio medio del metro cuadrado en alquiler en Burgos provincia es de 5,10 euros mensuales. La diferencia es significativa en la capital, donde los inquilinos deben pagar 8,53 euros por unidad de superficie cada mes.

Pero más allá de los precios medios, la ubicación o las calidades hacen fluctuar enormemente las mensualidades, lo que hace que sea complicado fijar un precio si ha llegado el momento de poner en arrendamiento nuestra casa en Burgos. Para evitar sorpresas, te será fácil seguir una serie de consejos que se pueden aplicar de forma general a cualquier propiedad. Nosotros te planteamos los que consideramos más útiles para alquiles tu vivienda con las mayores garantías.

No hay una clave maestra para conocer al 100% a un potencial inquilino cuando se le entrevista por primera vez, pero para quedar convencidos de su idoneidad, si que podemos realizar una pequeña investigación, a la vez que le podemos solicitar cierta documentación que nos arroje luz sobre su situación económica o laboral de un modo objetivo.

El contrato de trabajo y las nóminas son de lo primero que tendrás que pedirle. En ese momento, comprobarás su antigüedad y los ingresos fijos que recibe. Naturalmente, otra seguridad que tienes es la de solicitar la fianza, además de otros mecanismos como un aval bancario o un depósito. Si el inquilino puede pagar sin problemas es que, al menos, su economía se lo puede permitir.

Lo que une legalmente a las dos partes en un alquiler es el contrato que se establece especificando derechos y deberes. De cara a la administración, figurará el hecho de haberse alquilado una vivienda, pero también, en el caso de reclamación de algún tipo, este documento es una garantía de que las dos partes responderán y podrán reclamar.

Hay una serie de puntos obligatorios a la hora de confeccionar un contrato de alquiler, aún así, cuanto más detallado y preciso sea, mejor para todos. Incluye un inventario de todo lo que se encuentra dentro de la vivienda y su estado. Puedes acompañarlo con fotografías si fuera necesario. Cuanta más información mucho mejor.

Nadie está a salvo del impago. Puede que te hayas preocupado de buscar un buen inquilino, pero ante una crisis sobrevenida, este ingreso pasivo corre peligro. El lanzamiento puede requerir bastante tiempo, durante el cual, no percibirás ninguna mensualidad. Para evitar esto, puedes recurrir a la contratación de un seguro de impago de alquiler que te garantizará el cobro de la mensualidad e incluso la reparación de cualquier daño en tu casa. Las empresas que se dedican a este tipo de negocio ofrecen multitud de servicios y cláusulas en sus contratos que te ayudarán a estar más tranquilo.

Atendiendo a la localización de la vivienda, su superficie, el estado o su mobiliario establecerás su precio. Este debe ser razonable, libre de valoraciones subjetivas. Tendrás que atenerte al mercado y a la realidad. Nadie alquilará tu casa si la relación calidad precio no se encuentra equilibrada. Date una vuelta por internet, compara precios por tu zona y así te harás una idea mucho más cercana y real de lo que sería razonable pedir. Plantéate contratar los servicios de una agencia porque es una opción segura a la hora de estar perfectamente informado y asesorado.

Es fundamental y necesario que realices las mejoras necesarias en la casa. Una limpieza a fondo, una actualización en la instalación eléctrica, fontanería, puertas y ventanas y pintura… Todo esto no supone tener que hacer reforma, simplemente, que todo esté preparado para entrar a vivir.

Si la casa está amueblada, procura que se trate de piezas funcionales, no lo que podría estar en un trastero o en un contenedor. En cuanto a los electrodomésticos, asegúrate de que funcionan bien, por ejemplo, de que la nevera no hace hielo o de que la instalación de gas es segura.