R.P.
Sábado, 29 de enero 2022, 07:08
Ya sea por necesidad o como inversión, alquilar un inmueble continúa siendo rentable; especialmente si se tienen en cuenta algunos consejos que pueden ayudar a encontrar el mejor inquilino, obtener una renta un poco mayor, evitar problemas con el arrendatario y evitar que quiera ... cambiar de inmueble.
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Cuanto más se profesionalice el proceso de alquiler de la vivienda menos posibilidades existirán de encontrarse con cualquier tipo de contratiempo. El proceso de arrendamiento comienza con la preparación de la vivienda, la publicación del anuncio del alquiler y la selección del inquilino que ofrezca mayores garantías.
Una vivienda en buen estado es más propensa a ser cuidada y, además, puede obtenerse por ella una mayor renta. Arreglar los desperfectos que puedan existir y despersonalizar la vivienda mediante las técnicas del home staging ayudará a que más inquilinos potenciales se interesen por el inmueble. Además, si la vivienda se encuentra en un buen estado de conservación y se cuidan los detalles es más probable que el inquilino no sienta interés por cambiar de casa, lo que ahorra tiempo, trámites y en muchos casos dinero al tener que volver a alquilarla.
Buenas y abundantes imágenes de la vivienda ya acondicionada e información detallada de todas las características del inmueble son los mejores ingredientes para un buen anuncio de alquiler. Cuanto más detallada sea la descripción de la casa menos opciones habrá de que no cumpla con las expectativas de los posibles arrendatarios cuando la visiten. En lo que respecta a la cuantía del alquiler, los precios de otros inmuebles cercanos con características similares pueden dar una idea del precio al que se puede alquilar en la zona, siempre que tengan características y un estado de conservación parecidos.
En ubicaciones con una importante demanda pueden recibirse decenas de solicitudes de visita en unos pocos días, por lo que existe la posibilidad de escoger de entre los candidatos al inquilino al que ofrezca una mayor confianza. En el primer contacto telefónico se puede recabar información acerca de las circunstancias laborales de cada persona interesada, de los motivos que la llevan a cambiar de casa y de sus expectativas en relación con el alquiler de la vivienda, de modo que puede realizarse una primera criba antes de comenzar a enseñar el inmueble.
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Para seleccionar al arrendatario que ofrezca más garantías de solvencia habrá que solicitar a cada candidato cierta documentación: el contrato de trabajo y las últimas nóminas o la última declaración de la renta en el caso de los trabajadores autónomos. Las personas con contrato indefinido, con antigüedad en la empresa, una nómina alta y empleo en un sector con buenas perspectivas serán las que más seguridad den al propietario, especialmente si en la unidad familiar existe más de una persona con empleo estable.
Igualmente, los arrendadores pueden consultar ficheros privados de inquilinos morosos para confirmar si el posible inquilino se ha encontrado anteriormente en situaciones de impago. Solicitar al potencial inquilino una referencia de su anterior casero es también posible para así asegurarse de que no ha ocasionado problemas.
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Otra forma de descartar a aquellos inquilinos con menor capacidad económica, y que por tanto es más probable que puedan incurrir en impagos, es solicitar como condición para el alquiler el depósito de un aval bancario, o una fianza de dos meses en lugar de solo uno. Existe también la posibilidad de contratar un seguro de alquiler y dejar también en manos de una empresa especializada la selección del inquilino.
Para evitar situaciones problemáticas, además de ajustarse a la Ley de Arrendamientos Urbanos es recomendable que el contrato incluya ciertas cláusulas y un inventario completo de todas las propiedades que se encontraban en el interior del inmueble en el momento de arrendarlo, así como su estado.
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Como forma de aumentar las garantías de pago, es posible añadir al contrato determinadas indicaciones que penalicen la morosidad, como una penalización por el retraso en el pago de la renta, la imputación al arrendatario de los gastos que pueda generar el impago al arrendador, la opción de resolver el contrato a partir del impago de la primera mensualidad o la posibilidad de añadir los datos del inquilino a un fichero de morosos en este caso.
Junto con las precauciones relativas al contrato que puede tomar el arrendador, es también recomendable cambiar la titularidad de los suministros de la vivienda tan pronto como se firme el contrato, ya que de este modo el impago será responsabilidad del inquilino.
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No hay que olvidar que las obligaciones del inquilino tienen su contrapartida en las que tiene el propietario, que deberá hacer frente a aquellas reparaciones y arreglos necesarios que le sean imputables. Mantener la vivienda en el mejor estado posible es necesario si se desea que un buen inquilino permanezca en la casa el mayor tiempo posible.
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