Las ventas de coches retroceden casi un 7% por la confusión sobre el modelo a adquirir

La sangría de ventas de vehículos nuevos supone una nueva preocupación para la economía que no levanta cabeza en una de las actividades que más impacto tienen en el conjunto del PIB nacional. En febrero, las matriculaciones han caído un 6% hasta las 100.693 ventas y lo peor de todo, según señalan las patronales (Anfac, Faconauto y Ganvam) es que «la falta de confianza respecto a los nuevos vehículos y cuál adquirir se está contagiando» desde los particulares al resto de compradores, puesto que «los transportistas y las empresas del sector tampoco tienen claro con qué vehículos renovar sus flotas».

En el caso de los ciudadanos de a pie, las ventas de coches han caído un 11% en febrero (hasta poco más de 46.000), en lo que constituye ya el decimoséptimo mes consecutivo de retrocesos de matriculaciones, con la única excepción del mes de septiembre del año pasado. Las patronales indican que «no parece existir ninguna razón para revertir esta tendencia» mientras el Gobierno no adopte medidas de estímulo. La venta de vehículos a empresas ha sufrido su primera caída mensual desde agosto del año pasado, con un descenso del 2% (32.102 unidades). Y las firmas alquiladoras (las 'rent-a-car') han rebajado sus compras en un 1,6% hasta algo más de 21.300 vehículos.

En lo que va de año, el descenso de matriculaciones entre los ciudadanos de a pie retrocede más de un 12%, los alquiladores casi un 6% y se salvan por la mínima las empresas con un alza del 1,2%.

Por su parte, los coches de gasolina acaparan un 54,8% de las ventas realizadas entre enero y febrero; los diésel superan el 28%; y el resto de unidades, como híbridos o eléctricos, rebasan la barrera del 17%.

Desde la patronal de fabricantes (Anfac), recuerdan además que «las ventas de vehículos de más de 20 años ha crecido en los dos primeros meses del año por encima del 20%», con el consiguiente efecto sobre la contaminación. Por su parte, desde Faconauto recuerdan que el dato final de matriculaciones de febrero habría sido «mucho peor» sin «las automatriculaciones de última hora, que han hecho crecer artificialmente el canal de empresas».

El Banco de España publicó un informe la semana pasada en el que sugería que la «desaceleración en las matriculaciones» y «la incertidumbre regulatoria» que se cierne sobre el sector son dos variables que «están estrechamente ligadas» tras estudiar el comportamiento de ambas situaciones: las ventas de coches nuevos y el temor ante las novedades legislativas que se han ido anunciando, plasmando e incluso modificando con el paso del tiempo.

El texto achacaba a varias de estas medidas el hecho de que los conductores se hayan retraído a la hora de adquirir un vehículo, una compra que «por su importe», como indica el informe, no es baladí. Entre esas circunstancias se encuentra la puesta en marcha del nuevo protocolo de medición de emisiones europeo (WLTP), que se puso en marcha el 1 de septiembre de 2018, y que fue el detonante de esta etapa de caída en las ventas. «Desde entonces -señala el Banco de España- la incertidumbre se ha mantenido en niveles elevados».

Además, se apunta a otras dos medidas que han distorsionado el mercado y las decisiones de compra, aunque hayan estado focalizadas en dos lugares concretos: Madrid y Barcelona. La puesta en marcha de 'Madrid Central' (la medida que restringía el paso de vehículos por la almendra histórica de la capital en función del tipo de vehículo que se tratase), así como, posteriormente, la 'ZBE Barcelona' (una medida similar en la Ciudad Condal desde el 1 de enero), han modificado la actitud de los potenciales compradores de coches en toda España.

En este contexto, la patronal Anfac ha presentado esta tarde al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, su plan 'Automoción 2020.2040' en el que se incluyen todo tipo de medidas para conseguir una economía neutra en carbono dentro de 20 años, como establece el Plan de Energía y Clima. El presidente de Anfac, José Vicente de los Mozos, indicó tras el encuentro que «la receptividad por parte del Gobierno ha sido muy positiva». Sin embargo, en la reunión, donde también estuvieron presentes las ministras de Transición Ecológica, la de Industria y el de Transportes, el Ejecutivo no dio ninguna pista adicional sobre esas medidas posibles.

Entre otras, los fabricantes esperan un plan de ayudas para fomentar el achatarramiento de los vehículos viejos, un cambio en la fiscalidad con criterios medioambientales (está prevista la revisión del Impuesto de Matriculación y el de Circulación), subvenciones para adquirir coches eléctricos, mayor flexibilidad laboral en las fábricas o un marco regulatorio homogéneo. Ese plan conjunto generaría en torno a 310.000 millones de euros.

Anfac espera que el número de turismos nuevos en 2040 será mínimo en gasolina y diésel, aunque no ocurrirá lo mismo en el caso de las furgonetas o camiones, donde esperan una cuota del 25% en combustión.