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Los síntomas de la desaceleración económica comienzan a ser perfectamente visibles en diferentes ámbitos, incluido el del mercado inmobiliario, uno de los sectores más castigados por la crisis económica que parecía estar remontando con el paso de los años. Sin embargo, ese crecimiento se ... ha parado.
Así lo demuestran los datos facilitados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que certifican que durante el pasado ejercicio se llevaron a cabo un total 3.323 operaciones de compraventa de viviendas en la provincia de Burgos, lo que supone un descenso del 6,37% respecto a los datos acumulados en 2018, cuando se registraron 3.549 operaciones.
Se trata del primer descenso acumulado en el sector desde 2013, cuando el mercado inmobiliario tocó fondo tras cinco años de caída libre. A partir de entonces, se venían observando crecimientos de entre el 5% y el 10%.
Además, el descenso registrado en Burgos es significativamente superior al observado en Castilla y León y en España. De hecho, en el conjunto del territorio nacional, las operaciones de compraventa se han contraído un 3,8%, mientras que en la comunidad autónoma se han anotado un leve incremento del 0,46%.
En este sentido, durante el pasado ejercicio se redujeron las ventas de todas las tipologías de viviendas incluidas en el informe del INE. Así, se documentaron 745 operaciones de compraventa de vivienda nueva (un 4,3% menos) y 2.578 de vivienda de segunda mano (un 6,9% menos). Llama poderosamente la atención la relación actual entre estos dos tipos. Ahora mismo, por cada vivienda nueva que se compra, se adquieren más de 3 viviendas de segunda mano, cuando hace no mucho tiempo, la estadística estaba invertida.
También han caído las ventas de los otros dos grandes tipos de viviendas, como son las de régimen libre (2.886, un 6,48% menos) y las de régimen de protección oficial (437, un 5,61% menos).
Con todo, las cifras se encuentran hoy en día muy alejadas de las que presentaba el sector en 2007, justo antes del estallido de la burbuja inmobiliaria y de la crisis financiera. Aquel año, en la provincia se vendieron 6.309 viviendas, es decir, casi el doble de las que se vendieron en 2019.
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