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De la buena marcha del turismo dependerá la recuperación económica de España este año y los próximos. Desde este lunes España tiene abiertas sus fronteras a los turistas británicos -que en 2019 supusieron 18 millones de visitantes- pero el ritmo de llegadas no está siendo ... tan bueno como el esperado. Sin embargo, la ministra de Turismo, Reyes Maroto, aseguró este martes en un encuentro con los medios en París que los datos de reservas para las próximas semanas son «muy positivas».
La ministra señaló que están trabajando con Reino Unido para que en su próxima actualización de criterios para otorgar semáforo verde a los países (libres de PCR y cuarentenas a la vuelta) se incluya a España y, si no es posible, al menos territorializar nuestro país porque hay algunas comunidades como Baleares o la Valenciana donde ya se cumplen sus criterios.
En cuanto a los turistas europeos, Maroto recordó que los países que tengan una incidencia acumulada menor a 75 casos por cada 100.000 habitantes no tendrán que presentar PCR en su llegada a España. Así, hasta el momento los franceses -segundo mercado emisor de turistas a España- sí necesitan presentarla, aunque solo los que llegan en avión o barco, ya que por carretera no se exige, medio por el que viistan España el 74% de los franceses, según datos del ministerio.
Además, gracias a la vacunación y al certificado digital covid que entrará en vigor el 1 de julio «el contexto es mucho más favorable» para el turismo que el verano pasado. «Hay confianza a la hora de viajar», aseguró la ministra, que aseguró que este 'pasaporte sanitario' sustituirá a las cuarentenas exigidas en muchos países europeos y en Reino Unido a la vuelta de sus turistas, lo que beneficiará al sector turístico español.
Pero el sector no quiere solo ganar en número de turistas, sino sobre todo en la calidad de los mismos. Así, el secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, explicó que «tenemos todos los elementos para convertirnos en un destino premium» después de unos meses muy complicados por la pandemia. En un foro organizado por Círculo Fortuny, Valdés apuntó que España tiene «margen para crecer en turismo de excelencia» ya que nuestro país se sitúa en segunda posición en número total de visitantes en el mundo, pero en sexto puesto en este ámbito, por detrás de otros países del entorno como Italia o Francia.
Para mejorar esta posición, Valdés asegura que el mayor reto de España es «diversificar y desestacionalizar» el turismo. Diversificar para que nuestro país sea más que un destino de playa, algo que no debería ser difícil dada la «inmensa oferta cultural y de museos», la alta gastronomía o el creciente número de hoteles de alta gama. Y desestacionalizar para conseguir que los turistas vengan no solo en verano sino los doce meses del año para «generar mayor riqueza y valor añadido» en el conjunto de España. Esto hay que saber contarlo en los mercados europeos y de largo radio a través del Plan de Modernización y Competitividad del sector turístico que estará financiado por los fondos europeos, señaló.
Valdés destacó que entre 2016 y 2019 el número de viajeros que visitaron España por su gastronomía creció un 17%, y los visitantes culturales aumentaron un 15%, lo que demuestra el potencial de este tipo de turismo. Por ello es tan importante apostar por el turismo de larga estancia y excelencia, con un perfil de turistas «de calidad y sostenible, que cuida y respeta el territorio», explica.
Así, se pone el foco en Asia, con Japón, Corea pero sobre todo en China por su capacidad de crecimiento. El reto en este ámbito es la conectividad, por lo que España debe potenciarse como 'hub' internacional que no solo mire a Latinoamética. Para hacerse una idea del impacto, el secretario de Estado aseguró que en 2019 los poco más de 600.000 visitantes de Japón generaron casi 1.500 millones de euros al sector.
Por su parte, Patricio Ramos, director general de Boston Consulting Group, presentó el informe sobre turismo de excelencia en el que reveló que actualmente China es el emisor principal de este tipo de turistas (39% del total), seguido de la UE (17%), los países del sudeste asiático (11%) y Rusia (10%). Por detrás quedan los turistas de excelencia del Golfo Pérsico (9%), Latinoamética (8%) y EE UU (6%).
Ramos explicó que su relevancia se debe al gran potencial, ya que de media un turista de alto impacto se gasta 35.000 euros al año en sus experiencias de viaje, con vacaciones que duran mucho más. Según el informe, este tipo de turistas se gastan de media 15.000 euros al año en compras de productos y restaurantes y 20.000 euros solo en el viaje.
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