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Con el debate sobre dónde está la sede central de las empresas y qué importancia tiene de plena actualidad, un informe de la Agencia Tributaria aclara algunos conceptos sobre la diferencia que existe entre los datos salariales según la óptica del pagador y la del ... perceptor. Y sus resultados «muestran la debilidad del tejido empresarial de la comunidad autónoma» ya que, en 2016, el 32% de los salarios percibidos por trabajadores de Castilla y León procedieron de empresas radicadas fuera del territorio. Esta situación, que se pone de manifiesto en el informe ‘Mercado de Trabajo y Pensiones en las Fuentes Tributarias’, es un motivo más para la inquietud, según advierte CC OO de Castilla y León, en particular «en momentos como los actuales en los que asistimos a sucesivas deslocalizaciones de empresas con centros de trabajo en Castilla y León, pero cuyas direcciones están fuera de la comunidad».
Si bien se trata de algo que ocurre en la de la mayoría de comunidades con la excepción de Madrid y Cataluña, «por su magnitud es especialmente preocupante en la nuestra, ya que somos la segunda en la que es más intenso este desequilibrio (con datos muy similares a la primera, Castilla-La Mancha) y por su negativa evolución en el tiempo», señalan desde el sindicato.
El análisis elaborado por el Gabinete Técnico de CC OO con los datos de la Agencia Tributaria revela que en 2016, las empresas de Castilla y León pagaron 12.034,8 millones de euros a 696.133 trabajadores, mientras que fueron 966.834 las personas de la comunidad que percibieron salarios por un montante total de 17.707,8 millones. En términos porcentuales se trata del 72% de las personas y del 68% de los salarios. «Este hecho tiene su causa en el efecto sede de muchas empresas que tienen centros de trabajo en Castilla y León pero cuyo centro de decisión está radicado en otras comunidades, principalmente en Madrid», explican.
La preocupación que supone que la comunidad sea la penúltima en este dato –casi empatada con la última– se agrava por el hecho de que la situación va a más año tras año. En 2010 fueron el 75% de las personas y el 72,2% de las retribuciones y en 2013 eran el 73,5% de las personas y el 69% de los salarios. «La conclusión es que asistimos a un preocupante encogimiento del tejido empresarial propio de Castilla y León, en beneficio de empresas radicadas en otras autonomías», manifiestan desde CC OO.
La retribución media por trabajador se incrementó en Castilla y León el 0,4% en 2016 según las fuentes tributarias, lo que supone menos de la mitad de lo que subió la cuantía media nacional de los salarios (1%). «Hay que recordar que el año anterior el salario medio en nuestra comunidad autónoma se incrementó 0,2 puntos menos que la media nacional y que en 2014 fue Castilla y León donde más se redujo el salario medio (1%), suponiendo también más del doble del recorte salarial nominal medio por trabajador en España (0,46%). Insistimos en el término nominal puesto que para determinar cuál fue la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores y las trabajadoras en estos periodos, habría que aplicar a estas variaciones salariales el efecto de la variación de los precios», explica el secretariado de Estudios y Asesoramiento del sindicato, al frente del cual se encuentra Carlos Castedo.
Otro dato revelador de la trastienda de la recuperación económica tal como se está produciendo en Castilla y León es que las rentas del trabajo siguen perdiendo peso en relación a la riqueza de la comunidad, ya que mientras el PIB tuvo un crecimiento del 3,3% en 2016, la media de las retribuciones del trabajo percibidas en la región subió el 1,9%. «Esto significa que es el resto de factores de la economía, especialmente el excedente bruto de explotación (que incluye rentas empresariales y las de los autónomos) los que en mayor medida se benefician del crecimiento del PIB».
Castilla y León fue en 2016 la cuarta comunidad con menor incremento (2%) en el número de personas asalariadas. Respecto a 2010 es la tercera, tras Asturias y Galicia, donde más han descendido. Y es la cuarta autonomía con peor evolución del salario medio (0,4%), lo que tiene como resultado que las remuneraciones salariales percibidas hayan crecido este año el 2,5%, situando a Castilla y León como la segunda comunidad con peor evolución. Por otro lado, mientras el salario medio de los hombres subió el 0,7%, el de las mujeres lo hizo el 0,2%; lo que agrava la brecha de género (al pasar la proporción del 77,7% al 77,4%) y rompe con la tendencia de años anteriores.
Llama también la atención que en algún sector el salario medio es inferior a un tercio del salario medio de otros sectores. En particular destaca el de ‘Otros servicios personales y de ocio’ (que incluye la hostelería), cuyo salario medio es de 9.079 euros, «lo que muestra el alto grado de precarización del sector, puesto que no llega al salario mínimo, consecuencia de jornadas parciales y del empleo temporal cada vez de menor duración».
El sector con mayor peso en el empleo son los ‘Servicios Sociales’ que engloban a la educación, sanidad y el resto de actividades de servicios de no mercado (29,3%, seis puntos más que en el conjunto de España). Este sector absorbe el 35,7% del total de retribuciones en la comunidad. La industria se sitúa en Castilla y León el tercer lugar en cuanto al número de asalariados, ocupando al 13,5% de personas asalariadas y siendo el sector con mayor incremento (4,8%), hasta suponer el 16,2% de la masa salarial de la comunidad.
Por otra parte, fruto de la diferente estructura sectorial se observan importantes diferencias salariales y de empleo en las nueve provincias. El salario medio de Valladolid es el 25% mayor que el de la provincia de Zamora y un tercio de quienes percibieron salarios superiores a diez veces el SMI son de Valladolid, aunque en esta provincia vivan solo el 23% de las personas asalariadas.
Para Comisiones Obreras, Castilla y León necesita «intensificar las políticas de estímulo en sectores que permitan que la reactivación de la economía se traslade a la creación de empleo de calidad». En el apartado que dedica a ‘Propuestas’ dentro del informa salarial señala que hace falta «políticas activas de empleo, especialmente enfocadas en la formación y la orientación profesional para incrementar la empleabilidad de los trabajadores y en reducir la tasa de desempleo, además de frenar la salida de personas de Castilla y León hacia el extranjero y hacia otras comunidades en busca de una oportunidad, algo que está ocasionando un grave perjuicio demográfico que en el futuro tendrá más graves consecuencias todavía». El cambio de modelo productivo pasa, además de por la formación, por el aumento de las inversiones públicas y privadas en I+D.
Además de exigir «el mantenimiento de los servicios públicos esenciales por su carácter redistributivo y un nuevo refuerzo de la Renta Garantizada de Ciudadanía, CC OOestima que «para hacer posibles estas medidas es preciso que España y Castilla y León se doten de un sistema fiscal más justo, de mayor progresividad y en el que las rentas del capital contribuyan al sostenimiento del Estado en la misma proporción que las salariales». Propone minimizar las bonificaciones y cree que es preciso «reforzar los mecanismos de inspección, tanto laboral como fiscal, para luchar de forma decidida contra la economía sumergida y el fraude» que merma ingresos, suponer una competencia desleal entre empresas y precariza el trabajo.
De hecho, el salario medio creció el año pasado en todas las provincias salvo en Burgos que debido a ello dejó de ser la que tiene el más alto, un lugar que ahora ocupa Valladolid. Mientras en Salamanca el salario medio solo creció el 0,1% (ya en 2015 fue la que tuvo el menor incremento), en Valladolid aumentó el 0,9%.
El 30,8% de los asalariados de la comunidad percibieron salarios inferiores al salario mínimo. Además, el 59,5% tuvieron retribuciones por debajo de 18.346 euros brutos anuales, que en 2016 eran el equivalente a dos veces el SMI (14 pagas de 1.310 euros).
La encuesta muestra también el número medio de percepciones por persona. «Un mayor número de percepciones evidencia una mayor precariedad e inestabilidad laboral», advierte CCOO. Tanto entre las personas extranjeras como entre las mujeres este número es más alto. En términos globales se ha pasado de 1,23 percepciones por persona en 2013 en Castilla y León a 1,33 en 2016.
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