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Por si la factura de la electricidad ya no fuera de por sí compleja, el recibo que los 11 millones de hogares acogidos al precio regulado (PVPC) será aún más complicado de interpretar desde que el 1 de junio entrasen en vigor los nuevos horarios eléctricos. Si hasta ahora ya había que estar pendientes del momento del día en el que se activaban determinados electrodomésticos, ahora los hábitos están llamados a cambiar.
Pero la realidad es que habrá 8.760 horas al año para poder elegir cuándo se consume más luz. Es decir, que no se trata tanto de llevar al extremo la nueva tarificación: ni planchar a las cuatro de la mañana ni cocinar a las dos de la madrugada. Pero sí de impulsar «un cambio de costumbres en nuestro día a día» para que el propio consumidor también sea partícipe de la transición energética, como destaca la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Los nuevos horarios ya se encuentran meridianamente definidos: el tramo más barato (el valle) va desde las 00.00 hasta las 08.00 horas, así como todo el fin de semana y los festivos; el intermedio (llano), de 08.00 a 10.00 y de 14.00 a 18.00 horas, de lunes a viernes. Y también en esos mismos cinco días, el tramo más caro (punta) se encuentra fijado de 10.00 a 14.00 horas, y de 18.00 a 22.00 horas.
Cualquier familia puede hacer unos cálculos distintos, sin necesidad de estar pendientes de que el reloj marque la medianoche para comenzar a cocinar, limpiar o realizar cualquier otra labor que implique un uso intensivo de la electricidad. En realidad, el nuevo sistema revela que a lo largo de un año completo hay más horas baratas que caras. El tramo de horas valle acumula en 12 meses más de 4.600 horas, al sumar no solo las nocturnas sino también la de todos los sábados, domingos y festivos. Por el contrario, hay algo más de 2.000 horas con precios punta. Y otras 2.000 con un coste intermedio para el consumidor.
Desde Competencia recomiendan evitar esos precios altos en los tramos que se han definido. Y a partir de ahí, tratar de realizar un uso más acorde a las costumbres de cada hogar, sin necesidad de tener que cambiar por completo en las rutinas.
Los cálculos del organismo son claros. Quienes no realicen ningún cambio de hábitos con respecto a su vida anterior, también podrán ahorrarse algunos euros en los próximos recibos. En concreto, pagarán una media del 3,4% menos con respecto a su factura habitual. En términos medios, puede suponer un ahorro de dos euros mensuales.
Sí que lo irán notando quienes vayan analizando esas 8.760 horas que tiene un año completo. Por ejemplo, usar un electrodoméstico (independientemente de su potencia) en hora valle frente a la punta implica un ahorro de hasta el 95%. En el caso de que se opte por los tramos intermedios, el ahorro será aproximadamente la mitad en términos de coste en euros. Si,además, cada familia evita realizar varias tareas con necesidad de la electricidad a la vez (la plancha, el lavavajillas y la lavadoras, por ejemplo), se pueden ahorrar en un año completo hasta 300 euros.
Desde el sector energético admiten que las nuevas facturas –con más conceptos y variables que condicionan el precio final de la luz– supondrán un 'hándicap' para muchas familias que hasta ahora ya no sabían interpretarlas. Con el paso del tiempo, se irá equilibrando la oferta y la demanda de todo el sistema eléctrico.
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Clara Alba, Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
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