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«Voluntad de negociación, toda. Preferencia por el acuerdo, mucha. Pero sin acuerdo, el Gobierno va a tener que legislar, porque hay mayoría política, social y compromisos programáticos», lanzó el secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo este jueves en referencia, entre otros asuntos, a ... la derogación de la reforma laboral. En este sentido, Sordo afirmó que «nadie lance el mensaje» de que sólo se va a avanzar con consenso, porque, a su juicio, ello «da derecho de veto a las organizaciones empresariales» y ése «es el peor camino» para abordar la negociación. «Ojalá haya acuerdos; si no, pediremos responsabilidad al ejecutivo y al legislativo», añadió Sordo.
A su vez, Pepe Álvarez, secretario general de UGT, aportó su percepción de que la CEOE «no quiere entrar a negociar la derogación de la reforma laboral». Y se refirió a que ya en marzo pasado se había avanzado en las conversaciones sobre esa cuestión y que se podrían retomar en el punto en el que se dejaron en aquel momento. «No vamos a permitir que el tiempo juegue a favor de no cambiar nada; hay que comenzar el proceso de desmontaje de la reforma laboral de 2013», defendió Álvarez. A juicio del secretario general de CC OO, hay que derogarla porque «se hizo para reducir los salarios y precarizar el empleo» y para recuperar la negociación colectiva y el equilibrio entre trabajadores y empresas.
La reforma laboral fue sólo uno de los capítulos de las demandas sindicales este jueves, en concentraciones que tuvieron lugar en cincuenta ciudades españolas. Sordo mostró la ambición de las reivindicaciones: «UGT y CC OO sabemos que la prioridad es contener la pandemia y que no habrá una recuperación vigorosa sin normalidad sanitaria. Además, España tiene retos muy importantes, como la gestión de los recursos europeos para transformar el tejido productivo del país», explicó, para añadir: «Pero se tiene que abrir una agenda social pensando en la recuperación económica de la segunda parte del año». De esta manera, emplazó a «ir pensando en la distribución del crecimiento». «No se puede salir de esta crisis por la misma puerta que de la crisis anterior», agregó Sordo, en referencia al aumento de la desigualdad y la precariedad laboral que se derivó de ella. «Hay que cambiar la manilla de esa puerta». Fue la metáfora que empleó el secretario general de CC OO para defender que, a su juicio, hay que reformar la fiscalidad y las pensiones, subir el salario mínimo interprofesional y cambiar la regulación laboral. «Las reformas de la austeridad siguen intactas en España», aseguró Sordo.
Con respecto a estas cuestiones, Álvarez insistió en el mensaje clave de las concentraciones enfocadas en esos cuatro aspectos que enumeró Sordo: «El Gobierno ha de ser consciente de que o hay Boletín Oficial del Estado o las movilizaciones sólo han hecho que empezar». «Empezamos a estar hartos de que sean todo promesas y el BOE no acabe de publicar esas promesas en normas o leyes», lanzó Álvarez. «Ahora toca», aseguró, en referencia al lema de las concentraciones. «No vamos a estar más tiempo las organizaciones sindiales sin exigir una respuesta a los graves problemas económicos y sociales que tiene este país», añadió el líder de UGT.
En materia de pensiones en concreto, Álvarez demandó que en el Ejecutivo han de cumplir el compromiso que tienen: derogar la reforma de Rajoy y volver a la mesa del año 2011. En este sentido, Sordo ahondó en que el Ejecutivo ha de lanzar un mensaje de certidumbre respecto a las pensiones, que van a ser sostenibles y suficientes en los próximos años y que se va a realizar la aportación que se requiere por parte de los Presupuestos Generales del Estado.
En cuanto al salario mínimo interprofesional, los sindicatos «no se resignan» a su congelación. «Tiene que subir este año», aseguró Sordo. Además, demandaron que llegue al 60% del salario medio, esto es, a los 1.200 o 1.300 euros mensuales, al final de la legislatura.
Los representantes de los trabajadores quieren imprimir «velocidad de crucero» a las negociaciones para tener el escenario preparado con vistas a la recuperación económica que estiman llegue a partir del segundo semestre de este ejercicio.
A esta agenda, Pepe Álvarez añadió otras demandas: la mejora del ingreso mínimo vital, una prestación que han pedido 1,2 millones de personas, pero que sólo 400.000 reciben; y la derogación de la ley mordaza, «una necesidad para la libertad de expresión».
Por último, Sordo afirmó que España no está sometida a ninguna condicionalidad europea en materia laboral o pensiones. «Hay que reducir la dualidad del mercado de trabajo, pero no está escrito cómo hay que hacerlo», aseguró. «Que no lance nadie el mensaje de que España está cuasi-intervenida. No es verdad», zanjó.
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