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J.V. Muñoz-Lacuna
Guadalajara
Martes, 17 de diciembre 2019, 14:04
«Baja productividad». Ese ha sido el motivo esgrimido por Jazzplat, el «call center» de Orange España, para despedir a una trabajadora de su centro de Guadalajara que estaba esperando un trasplante de riñón. Así lo han denunciado los representantes de los empleados, que ... han pedido a Jazzplat y a Orange España que reconsideren su política de personal.
Según Vanesa Majuelo, miembro del Comité de Empresa de Jazzplat, «es un caso llamativo y hasta dramático porque su madre, también trabajadora de esta empresa, se dirigió a nosotros aterrorizada porque ella iba a ser la donante viva del riñón que necesitaba su hija y temía que la despidieran a ella también por faltar a su puesto de trabajo con motivo de la operación». Finalmente, el trasplante se hizo con éxito, la paciente se quedó sin su empleo y su madre no perdió el puesto de trabajo.
Su caso se suma al de otras once compañeras que corrieron la misma suerte en los últimos cinco meses, entre ellas dos mujeres en reducción de jornada por guarda legal de sus hijos menores. «La empresa les ha aplicado el artículo 52 del Estatuto de los Trabajadores, el del despido por enfermar, mientras que a las demás se les ha despedido por baja productividad sin dar más explicaciones, aunque en todos los casos a consecuencia de haber tenido bajas médicas justificadas y aceptando sus despidos como improcedentes, abonando 33 días de indemnización por año trabajado», denuncia la representante sindical.
La precariedad que sufren los teleoperadores tiene un claro ejemplo en Jazzplat, empresa de más de 1.100 trabajadores en plantilla, según los sindicatos. «En unos casos se aprovecha el aval del Tribunal Constitucional y se utiliza el Estatuto de los Trabajadores que permite despedir a los empleados que falten, aun con justificante médico, más de un 20 por ciento de sus días laborales en dos meses consecutivos o un 5 por ciento en los doce meses anteriores. En otros, lo hacen por las bravas argumentando baja productividad», denuncia la representante del Comité de Empresa de Jazzplat, para quien Jazzplat «juega con el miedo y la necesidad de la gente para deshacerse de cualquier persona que se ponga enferma. Incluso los jefes se encargan de airear estos despidos para meter miedo al personal y que nadie falte a trabajar aunque el médico les ordene guardar cama».
Frente a estos datos, Orange España, cliente y propietaria de Jazzplat, esgrime que acaba de renovar por tercera vez consecutiva el sello EFR (Empresa Familiarmente Responsable) que entrega la Fundación MásFamilia.org por destacar en «gestión de conciliación». «Este distintivo es una burla que denigra incluso a la organización privada, independiente, sin ánimo de lucro y de carácter benéfico que otorga estos reconocimientos», lamenta Raúl Formoso, responsable de la sección sindical de CC OO en Jazzplat.
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