La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. efe

Calviño apuesta por una reforma laboral «equilibrada» y «responsable»

La vicepresidenta asegura que «nos engañaríamos si pensáramos que cambiando un artículo del Estatuto de los Trabajadores se arregla el problema que arrastramos»

Jueves, 18 de marzo 2021, 13:52

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La confrontación dentro del propio Gobierno vuelve a reflejarse en un tema tan espinoso como la contrarreforma laboral, una negociación que se retomó el pasado miércoles después de un año de parón debido a la covid-19 y que augura un nuevo choque entre la ... vicepresidenta económica, Nadia Calviño, y la que pronto se convertirá en vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz. Las diferentes posiciones que ambas mantienen se han dejado sentir apenas un día después de que tuviera lugar la primera reunión entre el Ejecutivo y los agentes sociales.

Así, si el Ministerio de Trabajo dirigido por Yolanda Díaz expresó a los interlocutores su intención de retomar el diálogo donde lo dejaron en marzo del año pasado –lo que supone por tanto un desmontaje de una parte importante de la polémica reforma aprobada en 2012 por el PP–, Calviño se mostró hoy en una entrevista en Onda Cero más proclive a no derogar la reforma laboral, que además es vista con buenos ojos desde Bruselas, y, alineándose con lo que defiende la patronal, apostó por centrarse en impulsar la creación de empleo, reducir la dualidad y atajar el desempleo juvenil.

«Yo llevo desde el primer día tratando de dejar de mirar al pasado y tratando de mirar al futuro cuando hablamos de reforma laboral», reiteró una vez más Calviño, quien lanzó un mensaje a su homóloga de Trabajo: «Sería falso y nos engañaríamos si pensáramos que cambiando un artículo del Estatuto de los Trabajadores resolvemos todos los problemas que nuestra economía arrastra desde hace décadas». En este sentido, la ministra de Economía apostó por «desplegar un conjunto de reformas mirando al futuro» –enumeró las 17 reformas del mercado de trabajo que se incluyen en el documento enviado a Bruselas– y hacerlo con un «planteamiento equilibrado» y «responsable». «Es necesario que haya un acuerdo y que la ministra de Trabajo lo vea así», insistió. Es más, se desmarcó de las declaraciones del portavoz de Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, que dijo que «de la reforma laboral no van a quedar ni los palos del sombrajo», y las tachó de «eslogan».

Pese a que Calviño aseguró que comparte «al 100 por 100» con Yolanda Díaz el programa de trabajo enviado a la Comisión Europea, las prioridades de una y otra no parecen coincidir demasiado. Calviño quiso dejar claro que el principal reto tiene que ser impulsar el empleo y atajar el paro juvenil, mientras que el calendario impuesto por Díaz aborda la negociación colectiva para dar más poder a los sindicatos y limitar la subcontratación. «La ministra de Trabajo se equivoca con los planteamientos que está haciendo», afirmó hoy sin tapujos el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que avisó que, aunque «se sientan a la mesa», «no compartimos en absoluto ese menú».

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La CEOE, en contra

Sin embargo, Garamendi sí celebró la hoja de ruta de Calviño, que apostó por simplificar en tres los tipos de contratos: un contrato estable, uno temporal y uno de formación o en prácticas. Además, la vicepresidenta abogó por establecer un sistema permanente de ERTE que den a las empresas una flexibilidad interna alternativa a los despidos. «Tenemos que romper esa dinámica de temporalidad y despidos», esgrimió.

La otra propuesta que defendió Calviño fue poner en marcha un plan de choque para reducir el elevado desempleo juvenil, que se ha incrementado a raíz de la pandemia, algo que también pidió ayer Garamendi. No mencionó Calviño nada de las 'otras prioridades' que tiene encima de la mesa Yolanda Díaz, que pretende lograr un acuerdo en tres meses para devolver la prioridad aplicativa a los convenios sectoriales, recuperar la ultraactividad de los convenios para que no decaigan hasta que no haya otro nuevo y limitar la subcontratación, medidas a las que se oponen tajantemente los empresarios, que advierten que «no es ahora el momento».

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