El Banco de España prevé una tasa de paro cercana al 20% en el segundo trimestre

Ello supondría un incremento de la tasa de paro de alrededor de cinco puntos porcentuales de un trimestre para otro, desde el 14,4% en que cerró marzo. Entre el cuarto trimestre de 2008, inmediatamente después de la caída de Lehman Brothers, y el primer trimestre de 2009, la tasa de desempleo saltó algo más de tres puntos porcentuales desde el 13,79% hasta el 17,24%, de acuerdo con registros del Instituto Nacional de Estadística.

En la pasada crisis, vimos una subida de seis puntos en la tasa de paro, pero en dos trimestres, entre el tercero de 2008, cuando se situaba en el 11,23%, y el primero de 2009 (17,24%).

La última vez que la tasa de paro se situó en el 20% fue en el segundo trimestre de 2016, nivel desde el que bajó hasta el 13,78% en el último tramo del ejercicio 2019.

El Banco de España también revela que el descenso del empleo, en horas trabajadas, habría sido de aproximadamente un 20%, una magnitud muy similar a la esperada en el caso del PIB. De hecho, tal y como reveló el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en su comparecencia en la comisión de reconstrucción del Congreso de los Diputados el pasado martes, el organismo calcula que la caída del PIB en este segundo trimestre del año oscilará entre el 16% y el 21,8%. A este respecto, la horquilla planteada este miércoles por la AIReF es algo mas benévola y sitúa la potencial contracción de la economía española entre abril y junio en un rango comprendido entre el 14% y el 18%.

Pero el Banco de España también recoge en su informe que «el empleo habría empezado a mostrar una cierta estabilización en mayo». A su juicio, ello sería «consecuencia directa del gradual proceso de desescalada, que condujo a que la evolución de la afiliación en términos de los datos a fin de mes fuera más favorable que la que se obtiene cuando se analiza en términos de la media mensual».

Por áreas de actividad, afirma el Banco de España, el repunte fue más relevante en la construcción, que recuperó algo más del 40% del empleo perdido entre mediados de marzo y finales de abril.

El tono más positivo del empleo fue más patente en las provincias que avanzaron a la fase 1 de la desescalada en una fecha más temprana. De esta manera, si el número de personas afiliadas a la Seguridad Social creció un 1% durante el mes de mayo, tras haber descendido un 4,6% en términos acumulados entre los últimos días laborables de los meses de febrero y abril, en las provincias que pasaron a la fase 1 el 11 de mayo tendieron a mostrar crecimientos superiores a los del resto. En concreto, la cifra de cotizantes a la Seguridad Social avanzó un 1,3% por término medio en las provincias que accedieron a la fase 1 en esa fecha, frente al 0,8% del resto.

Así, por ejemplo, destaca Huesca, una de las provincias que más tempranamente pasó a la fase 1 y en la que las afiliaciones a la Seguridad Social crecieron un 4,3% en mayo, frente a Barcelona o Madrid, donde la recuperación fue de apenas de un 0,3% o un 0,4%, respectivamente, o en Palencia, donde quedó limitada a un 0,1%.

Una dinámica similar se observa en la evolución de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Los asalariados afectados por ERTE se redujeron un 11,5% en mayo (casi 400.000 trabajadores) en mayo. Pero en las provincias que pasaron anticipadamente a la fase 1 la reducción fue de un 14,2%, frente al resto de las provincias, donde la caída fue de un 9,4%.

Aunque, dado que la construcción ha sido el sector más dinámico en la recuperación, las provincias con mayor peso de esta actividad han tendido a comportarse mejor, frente a aquéllas con mayor ponderación del comercio y la hostelería, que continuaron muy rezagados incluso con la desescalada.

Por ello, el Banco de España advierte de que no hay que sacar la conclusión unívoca de que un proceso de desescalada más rápido habría tenido necesariamente efectos positivos sobre el empleo. Y, de hecho, afirma que «no se puede descartar que una desescalada prematura resulte en una menor recuperación del empleo a corto plazo» «o incluso a medio plazo, en la medida en que pudiera aumentar la probabilidad de nuevos brotes de contagios».