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ZIGOR ALDAMA
Shanghái
Domingo, 5 de abril 2020, 00:52
La maquinaria de la fábrica del mundo ha vuelto a arrancar. Ahora que el coronavirus frena en seco al resto del mundo, China retoma la actividad industrial después de un parón de casi dos meses. Y un sector llama la atención por la velocidad con ... la que parece haberse recuperado: el de la tecnología. A pesar de que los mercados internacionales se tambalean porque la mayoría de los consumidores están recluidos en sus casas, las principales marcas de electrónica del gigante asiático han pisado el acelerador y acometen el aterrador 2020 con un desconcertante optimismo.
Está apuntalado en los buenos resultados cosechados durante el año pasado y presentados esta semana. La estrella ha sido sin duda Huawei, que, a pesar del veto de Estados Unidos que ha lastrado sus números, logró vender 240 millones de teléfonos móviles por todo el mundo. Sus ingresos crecieron un 19,1% y, aunque los beneficios frenaron su auge, aumentaron un 5,6%. Este año, reconocen en Huawei, «va a ser el más complicado de la historia» porque a la guerra que Donald Trump le ha declarado a la empresa habrá que sumar el impacto que el coronavirus tendrá en el consumo global. No obstante, confía en encontrar proveedores alternativos para mantenerse a flote.
Xiaomi es más optimista y cree que el mundo se recuperará en la primera mitad del año y que el consumo de electrónica cogerá carrerilla a partir de mayo. No en vano, su responsable de finanzas, Shou Zi Chew, afirmó que las ventas en China –el principal mercado de móviles del mundo– ya están por encima del 80% del volumen habitual, y que el daño se circunscribirá exclusivamente al primer trimestre. Según analistas mencionados por Reuters, entre enero y marzo los ingresos se han desplomado un 40%.
En lo que coinciden todas las marcas chinas es en que su ventaja comparativa está en la tecnología 5G. Y en que el hecho de haber retomado la actividad antes que el resto del mundo puede suponer una ventaja en el desarrollo de nuevos productos para la revolución de las telecomunicaciones que se avecina. Eso explica que, a pesar de la coyuntura actual, los grandes fabricantes de la segunda potencia mundial hayan continuado con los lanzamientos que tenían previstos para el Mobile World Congress cancelado en Barcelona.
Y sus propuestas marcan, sin duda, un punto de inflexión. Sobre todo, en el sector de los teléfonos móviles, donde las principales marcas despliegan avances tecnológicos para justificar un notable aumento de precio. El 'Made in China' quiere despojarse de la etiqueta de barato y los nuevos buques insignia coquetean ya sin vergüenza con la barrera psicológica de los 1.000 euros, que parecía reservada para los dispositivos más exclusivos de Apple y Samsung.
Huawei, que ya había rebasado antes esa cifra, vuelve a hacerlo con el nuevo P40 Pro. Pero la sorpresa la ha dado Xiaomi, que ha lanzado su primer modelo de la gama Mi –el Mi 10 Pro– a 999 euros. Es un salto importante si se tiene en cuenta que, el año pasado, sus terminales no superaban los 700 euros. «Hay que ir acabando con la idea de que la tecnología china es más barata, porque, en realidad, está ofreciendo avances muy superiores a los de marcas de otros países que incrementan el precio solo por el prestigio de su nombre», comenta un empleado de Xiaomi que pide mantenerse en el anonimato. «El 5G puede ser la tecnología que demuestre el poderío de China, que ha dejado de ir a remolque para tomar la iniciativa», sentencia. Y la batalla que ha librado contra el coronavirus sirve para afianzar esa percepción.
OPPO es de la misma opinión. Y, para demostrarlo, ha lanzado otro teléfono que supera los mil euros: el Find X2 Pro no solo incluye el mayor zoom óptico del mercado en su triple cámara principal sino también una carga rápida de 65 vatios que supera a la de cualquier otro competidor –la batería se carga en poco más de 35 minutos– y una pantalla de 120Hz. con la que el iPhone ni siquiera sueña aún. Lógicamente, también incorpora las bandas de 5G a las que la empresa californiana sigue dando la espalda. «Las marcas chinas estamos invirtiendo grandes sumas en I+D y eso se evidencia, por ejemplo, en nuestra tecnología de baterías, que es la más avanzada del mundo», contó a este diario una representante de la marca durante una visita a la fábrica el año pasado.
Incluso empresas más discretas como Nubia –desgajada de ZTE, también vetada por EEUU– han logrado avances que, aunque pueden parecer pequeños, van incrementando la ventaja de las manufacturas chinas sobre las del resto del mundo. Lo demuestra el Red Magic, uno de los primeros móviles para 'gamers' de 5G que monta una pantalla de 144hz. –la primera fabricada en masa–, un sofisticado sistema de refrigeración líquida con placas de grafito, y una carga rápida de 55W. En comparación, la del iPhone es de 18W. «Todas estas innovaciones se irán notando en el precio», avanza la representante de OPPO.
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