Los sindicatos urgen a la reforma laboral en el Primero de Mayo más político

Entre ellos, y de forma histórica al ser la primera vez que una ministra del ramo acude a esta celebración, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que explicó ante los medios que la respuesta «más efectiva y rotunda» a la crisis económica y social es «el trabajo decente, la solidaridad y la justicia social». A la manifestación también acudieron la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, José Luis Ábalos (Transportes), Reyes Maroto (Industria y Turismo), José Manuel Rodríguez Uribes (Cultura), Ione Belarra (Derechos Sociales y Agenda 2030) e Irene Montero (Igualdad).

Desde los sindicatos quisieron restar importancia a la posibilidad de que la presencia política deje en un segundo plano el carácter reivindicativo de la jornada. «Lo importante es que nos escuchen», explicaron durante la rueda de prensa previa a la manifestación.

Sin embargo, en sus discursos sí se 'mojaron' en algunas de las polémicas políticas de los últimos días, como la batalla impositiva que ha marcado la campaña en Madrid. «Trasladar la idea de que bajando los impuestos se va a mantener la calidad de la educación, la salud, los derechos fundamentales... eso no es posible», critica. «De las fuentes todavía no emanan euros y, si queremos tener un país justo y libre, debemos tener un sistema impositivo justo».

Tanto desde CC OO como desde UGT indicaron que no pueden ser ajenos a la campaña política de Madrid. «Nos estamos jugando cuestiones muy importantes para los trabajadores y a nadie se le escapa la dimensión estatal que tienen estas elecciones», reconocen.

Entre las principales reivindicaciones para este Día del Trabajador, los sindicatos destacaron la urgencia por acordar la reforma laboral. «Va a ser una negociación compleja y dura», recuerdan. Y advierten de que si no se alcanza un acuerdo dentro del diálogo social, «exigiremos al Gobierno que cumpla sus compromisos».

El secretario general de CC OO, Unai Sordo, y el de UGT, Pepe Álvarez, coincidieron en que es fundamental hacer frente «al modelo de precariedad permanente» con un contrato social del siglo XXI como «la mejor vacuna contra la extrema derecha».

Consideran además que «el país tiene una deuda con su clase trabajadora y el crecimiento no se puede afrontar con las mismas reformas que entre 2010 y 2015 empobrecieron España y crearon más exclusión social».

En este sentido, apostaron en su manifiesto por «atajar la dualidad del mercado de trabajo, el exceso de contratación temporal y el paro juvenil». Del mismo modo, apelaron a recuperar el papel y la ultraactividad de los convenios colectivos, con «una legislación con más garantías y control de las inaplicaciones de los mismos». La mejora de las prestaciones por desempleo y la aprobación de una ley por la igualdad salarial fueron otras de las reivindicaciones de la jornada, junto a la reforma de las pensiones. Los sindicatos también aprovecharon la movilización para reclamar la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), «mejorando aspectos como la protección por desempleo y las rentas básicas».

Por su parte, el líder de UGT, Pepe Álvarez, recordó la eficacia de medidas como los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), «sin los que hoy tendríamos cerca de 7 millones de parados.

Tanto Álvarez como Sordo han criticado la ola de despidos que se avecina en el sector bancario, con los procesos abiertos por BBVA y CaixaBank, entre otras entidades, y que en el caso de estas dos, afectará a unos 11.500 trabajadores. «El sector financiero está abusando de todos los ciudadanos de nuestro país. Después de todo lo que hemos dedicado a la banca, nos lo devuelven con despidos, porque la legislación española se lo permite», critican.

En el manifiesto de la jornada, los sindicatos han solicitado medidas de flexibilidad interna «negociadas con la representación legal de las personas trabajadoras, que eviten que, ante problemas coyunturales, las empresas utilicen el despido como el único recurso, y contribuyan a la estabilidad en el empleo».