El sector del vino pide medidas excepcionales para sobrevivir tras la pandemia

«Casi el 50 por ciento del consumo de vino en España es por el canal Horeca», explica Ángel Villafranca, presidente de la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) y de Cooperativas Agroalimentarias de España y de Castilla-La Mancha. La alerta sanitaria ha coincidido con una época del año en la que se suceden eventos como bodas y comuniones, que también han tenido que suspenderse, lo que ha conducido al sector del vino «al escenario de una crisis preocupante en la que debemos movernos para no poner en peligro bodegas, cooperativas, explotaciones vinícolas y toda la actividad que hay alrededor del vino como fabricantes de máquinas, transportistas o empresas que elaboran cartones y botellas. Y esto sin olvidar que muchos pequeños pueblos viven de sus viñas».

El mundo del vino se siente dentro del sector de la alimentación y, por ello, la OIVE ha propuesto al Ministerio de Agricultura la destilación de crisis voluntaria -para destinar parte del producto a usos industriales como desinfectantes con base de alcohol- y el almacenamiento privado temporal «para que la comercialización pueda ser aplazada sin sobrecargar los mercados» con el fin de los precios no se desmoronen a tres meses de una nueva vendimia y cuando aún hay mucho vino de la última cosecha sin vender.

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Un presupuesto extra para el sector legislado desde la Unión Europea es otra petición de la OIVE, que recuerda que España concentra 970.000 hectáreas de viñedo, 546.000 explotaciones vinícolas y 8.000 operadores que generan el 1,5 por ciento del Producto Interior Bruto español.