El sueldo más habitual se concentra ahora en 14.500 euros tras las subidas del SMI

Las subidas del salario mínimo interprofesional (SMI) están provocando un incremento del número de trabajadores que cobran más que antes –quienes se encontraban en la parte más baja de las escalas laborales–, pero al mismo tiempo, que España tenga una mayor concentración de sueldos en esa parte baja de la tabla salarial, según el INE. El salario más frecuente –la misma cuantía que cobra la mayor parte de la población– ha descendido hasta los 14.586 euros en 2022, frente a los 18.000 euros de un año antes.

La explicación a esta novedad estadística reside precisamente en las subidas del SMI: porque al elevar el listón legal de la cuantía mínima que se puede cobrar, provoca un efecto desplazamiento por el que el sueldo más habitual ya no es cercano a los 20.000, sino que ha bajado a la franja de entre 14.000 y 15.000 euros. Quienes perciben este rango de remuneración son ahora los que más coinciden estadísticamente hablando, al representar un 4,2% de todos los trabajadores.

El INE explica que también registraron una frecuencia similar los salarios de 16.495 euros, percibido también por el 4,2% de los asalariados, y 18.494,3 euros, que recibieron el 4,1% de los asalariados. De este modo, en total, uno de cada cinco asalariados (20,5%) cobró en 2022 entre 14.000 y 19.000 euros anuales.

En cualquier caso, el sueldo medio en España –el que resulta de dividir todos los sueldos entre todos los trabajadores en activos– ha vuelto a incrementarse hasta los 29.381 euros en el caso de los hombres, un 3,5% superior al de 2021, mientras que el de las mujeres avanzó un 5,1%, hasta los 24.359 euros. Pese a crecer a mayor ritmo, el salario medio anual femenino representa el 82,9% del masculino (81,6% en 2021). No obstante, Estadística subraya que esta diferencia salarial se reduce si se consideran puestos de trabajo similares. De este modo, la brecha salarial de género se situó en 2022 en el 8,96%, por debajo del 11,28% de 2018. Además, una de cada cuatro mujeres (el 24,3%) cobró en 2022 un salario anual menor o igual al SMI, proporción que entre los hombres fue bastante inferior, de uno de cada diez.

Por su parte, el salario mediano (el que divide al número de trabajadores en dos partes iguales, los que tienen un salario superior y los que tienen un salario inferior) alcanzó en 2022 los 22.383 euros anuales, frente a los 26.948 euros del salario medio, unos 1.763 euros netos al mes.

La Encuesta de Estructura Salarial de 2022, que contiene estos datos, constata las dificultades de muchos hogares para poder llegar a finales de mes a pesar de las subidas de sueldo que se produjeron en una parte de las empresas durante la peor etapa de la crisis de precios e inflación.

Por poner en perspectiva, con un sueldo medio bruto mensual de 1.763 euros, es necesario asumir un coste de la vivienda de alquiler en que en las grandes ciudades ya roza los 1.000 euros; o es necesario tener ahorrados unos 40.000 euros para poder dar la entrada a una casa y firmar después un préstamo hipotecario medio de 150.000 euros, según el INE.

Las subidas del SMI han constituido una de las banderas del gobierno de coalición de Pedro Sánchez desde que llegara a La Moncloa en 2018 tras ganar la moción de censura a Mariano Rajoy. Durante la primera legislatura, de 2020 a 2023, el Gobierno elevó el salario mínimo desde los 735 euros al mes hasta los 1.080 euros. Lo que supuso un incremento medio del 47% en esos años. Con la última subida del SMI acordada para 2024, el SMI se ha incrementado en un 54% desde 2018 hasta alcanzar los 1.134 euros mensuales.

Tras estas decisiones, han sido muchos los expertos y analistas que han alertado sobre el impacto en la creación de empleo por subir el SMI. Aunque, por ahora, solo hay un informe oficial, del Banco de España, elaborado en 2021caba que las alzas de salario mínimo han provocadon menor crecimiento del empleo de entre el 0,6% y el 1,1%.

Aunque el supervisor no citaba la cifra concreta, si se toman los datos de asalariados de la EPA de hace tres años, esa estimación se tradujo en una pérdida neta de entre unos 98.000 y unos 180.000 empleos

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