Bruselas pide a España prudencia en el gasto y usar los Next en inversión adicional

Pero el aumento sustancial de la deuda pública, que se ha disparado hasta el 120%, requerirá un control. Aviso, con carácter general, plagado de matices y sin referencias cuantitativas. Pero aviso al fin y al cabo. A todos los países en su misma situación: hay que vigilar los gastos ordinarios. «Una política fiscal prudente limitando el aumento de esos gastos», se dice.

La recomendación clave es que sean las ayudas europeas -en el caso de España 69.500 millones, según el plan de inversiones y reformas enviado a Bruselas, aunque con un total de 140.000 millones si se incorporan los créditos blandos- las que financien «las inversiones adicionales» que habrán de fomentar el crecimiento. Eso no implicaría cerrar el grifo de los presupuestos nacionales, se matiza, pero se incide en la «precaución»; en no «perder de vista» los números rojos.

Para conseguir ese menor impacto fiscal posible no se ponen de momento cotas ni referencias cuantitativas. Porque el paquete del Semestre Europeo confirma también que la cláusula de escape general (el que permite la barra libre al endeudamiento para combatir los efectos de la pandemia) seguirá aplicándose en 2022 y se espera que se desactive a partir de 2023. «Los Estados miembros deben evitar una retirada prematura del apoyo y hacer un uso completo de la financiación del Fondo de Recuperación y Resiliencia», aconseja el Ejecutivo comunitario que apunta a la «flexibilidad» y la «evaluación individual» como variables a tener en cuenta una vez se consume la retirada.

Pero hasta ahí. Sin referencia a posibles nuevas reglas en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento que hoy está en suspenso. Las dos esenciales, el déficit (3%) y la deuda (60%) solo las cumplirían hoy Bulgaria, Dinamarca y Suecia. Y en lo que se refiere al porcentaje de referencia de deuda, trece Estados miembros lo rebasan. Además de España, Bélgica, Alemania, Grecia, Francia, Croacia, Italia, Chipre, Hungría, Austria, Portugal, Eslovenia y Finlandia.

En cualquier caso tregua de al menos año y medio más tanto en las referencias citadas como en los mecanismos de control del Pacto. Lo que beneficia a Rumanía, el único país bajo el brazo corrector por déficit excesivo. Podrá esperar a 2024. Y en el caso de Irlanda, España, Chipre y Portugal, que están en una fase de seguimiento, no hay dudas. «La capacidad de reembolso de cada uno de estos Estados miembros sigue siendo sólida». Sobre España de hecho, se destaca que las medidas adoptadas para apoyar a las empresas y los hogares «ayudaron a mitigar el impacto de la crisis en el sector bancario, que entró en crisis en mejor forma que en la crisis anterior».

El vicepresidente Valdis Dombrowskis confió en que España e Italia, principales destinatarios de las ayudas europeas, consigan aprovechar todo su potencial. Sobre todo en lo referente a la creación de empleo -a nivel UE se esperan 2 millones adicionales-. «Nuestro objetivo es que sean puestos de calidad pero depende de las estructuras de los mercados laborales y las reformas; de la ejecución de los planes».

El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, por su parte, apuntó que «la recuperación sigue siendo desigual y la incertidumbre alta». «Nuestro mensaje es que todos los países también deben preservar las inversiones financiadas a nivel nacional». Y, una vez que disminuyan los riesgos «deberían realizar una transición cuidadosa hacia medidas más específicas para ayudar a las empresas y los trabajadores a navegar por el mundo» postcovid.