El Gobierno mantiene la senda de consolidación fiscal en plena incertidumbre sobre cómo afectará el proceso electoral y la formación de un nuevo Ejecutivo al control de las cuentas públicas y, sobre todo, a la aprobación en tiempo y forma de unos nuevos Presupuestos para ... 2024.
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De momento, los últimos datos del Ministerio de Hacienda reflejan que, hasta junio, el déficit del Estado equvale al 1,71% del PIB, lo que implica un agujero fiscal de 24.090 millones de euros.
La cifra es más abultada que la registrada en mayo (12.638 millones de euros), pero aún implica un descenso del 6,6% respecto a los 25.795 millones registrados en el mismo periodo de 2022.
En un periodo de gasto millonario por los distintos planes anticrisis, la buena evolución de los ingresos ha sido clave para mantener este proceso de reducción de los desequilibrios. En concreto, hasta junio los ingresos no financieros crecieron hasta superar los 122.000 millones de euros, un 7,9%, frente al comportamiento de los gastos, que crecen a un ritmo menor, del 5,2%.
De la cifra total de ingresos, los impuestos suponen 101.692 millones, el 83,2% del total de los recursos, y crecen un 5,5% respecto a junio de 2022.
Como novedades impositivas de 2023, destaca el ingreso del nuevo impuesto sobre los envases de plástico no reutilizables y el gravamen temporal a energéticas y bancos, con un importe conjunto de 1.685 millones.
Los impuestos corrientes sobre la renta y el patrimonio alcanzan los 38.602 millones, un 11,3% más que en el del primer semestre de 2022 después de que los ingresos por Sociedades aumentan un 14,4%, hasta 11.304 millones, derivado del aumento de recaudación del primer pago fraccionado. Por su parte, el IRPF se incrementa un 6,1%, y a su vez, el impuesto sobre la Renta de No Residentes se eleva un 32,2%.
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Pese a todo, los datos de recaudación comienzan a reflejar cierta desaceleración respecto a meses anteriores. Y es previsible que este maná de los ingresos comience a flojear, con cierta desaceleración esperada en el ritmo de creación de empleo y un menor impacto de la inflación en la recaudación de algunas figuras tributarias como el IVA, muy ligado al consumo.
«La política fiscal se enfrenta al reto de ajustar el componente del déficit estructural y el elevadísimo endeudamiento no sólo conforme con el cumplimiento de los objetivos de estabilidad comunitarios, sino con el fin de afrontar los desafíos que, desde el punto de vista demográfico, energético, climático y de transformación digital, requiere nuestra economía», indican los analistas del IEE.
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Los expertos recomiendan estar especialmente atentos al déficit de la Seguridad Social, que en mayo se situí en 848 millones de euros pese a ingresar un 9% más con el robusto crecimiento de las cotizaciones, frente a un aumento del 8,5% en los gastos.
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